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Las parroquias de San Nicolás de Tolentino, construida durante la segunda década del siglo XVII; San Roque de Montpellier, en 1857, y San José, en 1912, las tres con más años en la capital del Atlántico, han sido un atractivo para visitantes y locales en esta Semana Santa. Con sus arquitecturas neogóticas florentinas guardan historias entre sus muros.

En el caso de San Nicolás, para la Arquidiócesis su desarrollo es el reflejo del progreso y crecimiento de Barranquilla, desde su construcción, hasta la actualidad. En San Roque guardan la esperanza de un cambio que comenzó el año pasado con la construcción de una plaza a su lado. Mientras que en San José esperan por un anuncio que abra la puerta para su mejora.

Arquitectura de San Nicolás. La Arquidiócesis comunicó que el es estilo arquitectónico de San Nicolás surgió en el siglo XIX, cuando se dio el envión definitivo para su finalización y se fundamenta en la imitación de la arquitectura gótica medieval para crear nuevas estructuras. 'Está ligado con el estilo nacionalista y el romanticismo. La primera vez que apareció esta tendencia fue en Inglaterra, y se empleó en las iglesias católicas y episcopalistas'.

La principal característica del estilo de esta parroquia, el mismo de San Roque y San José, es que utiliza las antiguas formas góticas.

Se caracteriza por las alturas elevadas y nervaduras sobresalientes en sus cúpulas. En ella predominan materiales como la piedra (mármol) y la madera. En 2005 este templo, que es manejado por la comunidad agustiniana desde 1906, fue catalogado Bien de Interés Cultural de Carácter Nacional.

Uno de los episodios memorables de su historia se registró el 9 de abril de 1948, cuando fue objeto de sacrilegio por parte de una turba que protestaba por el asesinato del líder Jorge Eliécer Gaitán. Solo el fuego sació su ira.

La más reciente intervención física de este templo agustiniano fue entre 2009 y 2011. Actualmente es una de las más visitadas de la ciudad y cuenta con una gran plaza.

La principal característica de San Nicolás es la antigua forma gótica en su estructura.

San Roque y San José. La iglesia San Roque, segunda más antigua en la ciudad y a cargo de la comunidad salesiana, fue construida en 4 años e inaugurada en 1857.

Este templo, en plena recuperación, tiene una belleza escondida detrás del abandono. Es, de acuerdo con la Arquidiócesis, una obra del arquitecto holandés Antonio Stoute con estudios tan precisos que 'incluían hasta la dirección en la que viajaba el viento y la resistencia del suelo'.

El padre Stanley María Matutis es un ícono de este templo. Él, que estuvo a cargo de la iglesia entre 1948 y 1996, buscó recuperar la dignidad humana de esta comunidad y mejorar su calidad de vida.

'Fue un sacerdote que no descansó hasta conseguir donaciones públicas, privadas, de familias pudientes y organizaciones cívicas', recordó Mario Álvarez, actual sacerdote de San Roque. En una de las capillas del templo reposan los restos de Matutis.

Álvarez mencionó que la iglesia conserva 'muchos secretos'. 'Es interesante conocer el arte de su arquitectura y el valioso tesoro de sus cerca de 17 imágenes, patrimonio histórico. También su piso, original desde su construcción', agregó.

En cuanto a la iglesia de San José, la Arquidiócesis dijo que en 1912 los primeros jesuitas llegaron a Barranquilla con el propósito de hacer realidad la Misión del Río Magdalena: establecer una iglesia y un colegio en dicha ciudad.

Por 6 años se fue proyectando y ejecutando la obra material del templo y del Colegio San José.

Una cripta con cerca de 320 restos está ubicada debajo del púlpito de la iglesia San José.

Nivaldo Mendivil, encargado del cuidado de la iglesia desde hace 22 años, destacó los 12 vitrales del recinto, que, uno a uno, cuentan la vida de José, padre adoptivo de Jesucristo. 'Muchos no saben que abajo del púlpito hay una cripta con más de 320 restos y en otro sitio están los de sacerdotes', contó.