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La noche del 14 de abril fue asesinado Amílcar Rodríguez Olmos. Su muerte fue atribuida a un atraco en el barrio Las Moras Norte de Soledad. Al occiso las autoridades le encontraron documentos de identidad falsos –cédula y licencia de conducción– que, presuntamente, utilizaba para evadir el pago de comparendos y multas. El fallecido era taxista, debía 109 comparendos y como no podía renovar el pase procedió a buscar uno falso.

Para conseguir en Barranquilla una licencia de conducción o una cédula de ciudadanía falsas, entre otros documentos, no se requieren horas de espera en medio de interminables filas, con un madrugón de por medio como antesala.

EL HERALDO constató que si una persona paga una suma que puede oscilar entre $80.000 por la licencia de conducción y $50.000 por la cédula, el negocio se concreta en cuestión de minutos.

La calle 38 entre carreras 45 y 46, en la parte posterior de la Registraduría Distrital, parece una zona normal del Centro de la ciudad, donde vendedores ambulantes y estacionarios se ganan la vida ofreciendo diferentes productos. No obstante, tras la fachada de esa aparente normalidad, un negocio ilegal se maneja a la vista de todos. Licencias de conducción, cédulas y registros civiles, entre otros documentos falsos, pueden obtenerse como quien compra cualquier otra cosa.

Primer acercamiento

En la primera incursión a la zona, donde es vox pópuli que realizan este tipo de negocios ilícitos, bastó con preguntarle a una persona que estaba apostada en la esquina de la carrera 45 con 39, cómo y dónde se podía conseguir una licencia ‘chimba’. La respuesta fue automática y sin asomo de recelo o desconfianza.

'Por aquí puede conseguir hasta un certificado de matrimonio, después de que pague mi hermano. En las chazas pregunte y verá', respondió.

Ya sobre la calle 39, en el primer negocio callejero donde iniciamos las averiguaciones sobre precios y requerimientos, el dueño, sin levantarse de una butaca de madera y sin dejar ver sus ojos escondidos tras unos lentes oscuros, contestó cada una de las preguntas como si se tratara de un trámite legal.

A TODO PRECIO

'Eso queda más firme que el original. Eso aguanta controles de la Policía y todo', dijo con naturalidad, para infundir confianza en su servicio.

Agregó que la licencia de conducción de cualquier tipo se consigue en $80.000 y una cédula en $50.000. 'Eso es lo que vale, socio, porque siempre uno se arriesga', señaló.

Aclaró, empero, que si la licencia de conducción era para trabajar en 'una empresa de transporte', no servía porque en estas 'sí hacen controles, pero si es para hacer turnos (relevos) o manejar un carro de familia, todo bien'.

A escasos dos metros de este negocio, bajo el resguardo de un parasol de colores que sirve como techo, otra de las personas dedicadas a esta actividad ofreció el 'paquete' de documentos falsos, que incluye cédula, registro civil y licencia de conducción, por $300.000.

Días después, a las 12 del mediodía, dinero en mano, regresamos a realizar la compra. Pero esta vez la gente en la zona no se mostró tan confiada. 'Nombe, por aquí la cosa está muy caliente con eso', contestó dubitativo el hombre con el que habíamos hecho contacto inicialmente.

A su lado un joven delgado y dicharachero intervino: '¿Qué es lo que es, pase y cédula? Si es para mañana, valen 130 mil barras, pero como lo necesitan para hoy cuesta más; se toma la foto aquí al frente, deja la mitad del billete y... por ahí de tres a cuatro horas eso está listo', aseguró.

'Eso –se jactó– es original, papa, cualquiera por acá se lo puede hacer, pero conmigo van a lo seguro porque yo soy un man serio'.

Enseñó entonces varios documentos que tenía en su cartera y explicó: 'Se toma la foto y listo. Aquí sobre esta cédula montamos la jugada'.

Frente a la Registraduría, en un puesto estacionario ubicado en la esquina, hacer la foto e imprimirla solo tomó, en efecto, unos 10 minutos. Por $8.000 entregaron cuatro: dos las montaron con saco y corbata para la licencia y las otras con camiseta, tal como iba vestido el interesado, para la cédula de ciudadanía.

'Vea, vuelvan como a las 4:30 de la tarde, me cancelan la mitad del servicio y esto está garantizado socio. Como ustedes necesitan eso para hoy mismo, hay que moverlo más rápido y por eso les cobro 100.000 por la licencia y 50.000 por el pase', indicó el joven una vez recibió las fotos.

LA ENTREGA

A la vista de todos recibió los primeros $80.000, se quedó con un par de fotos y la cita para la entrega, a las 4:30 de la tarde, fue acordada en una tienda de la carrera 46 con 38.

Puntual, y podría decirse que emocionado, el joven tramitador acudió a la cita programada. Enseñó la cédula de ciudadanía que ya estaba lista, con holograma y todo.

'Hay que esperar un ratico el pase; está demorado porque hoy la cosa se movió. Son 16 licencias que salieron y por eso hay que esperar', advirtió.

Durante la espera, este integrante o eslabón de una larga cadena de ilegalidades, en la que intervienen tramitadores y operadores de computadores y equipos de laminación, entre otros, contó que sus 'mejores clientes' son adolescentes. 'Los pelaos, sobre todo del Norte, los ‘pupy’, son los que más nos buscan para conseguir cédulas y poder entrar a las discotecas', reveló al entrar en confianza.

Luego de dos horas y media de espera, después de varias llamadas a celular, cuando el desesperó empezaba a apoderarse de quienes realizaban la investigación y con la noche cayendo en el horizonte, un motorizado llegó a la tienda y entregó la licencia de conducción. 'Se los dije... yo no les iba a quedar mal porque está de por medio mi imagen, ya. Vea que esto es un trabajo firme. Eso es original, original, puede probarlo donde sea, que eso va', alardeó el joven.

LOS DOCUMENTOS RECIBIDOS

Lo que hizo el tramitador fue utilizar una cédula real a la que, quienes en la clandestinidad hacen este trabajo, le montaron solamente la foto del interesado en el documento falso. El resto –es decir nombre, número de cédula, firma, etc.– lo dejaron igual.

La cédula que usaron es, presuntamente, la de una persona nacida el 13 de diciembre de 1985 en Sabanagrande, Atlántico; de 1,82 metros de estatura. El documento original fue expedido en ese mismo Municipio.

EL HERALDO rastreó ese documento y constató que efectivamente existe con el nombre y número utilizados para expedir la cédula falsa. A quien clonaron no le figuran antecedentes judiciales ni disciplinarios.

En cuanto a la licencia de conducción, una revisión en el Registro Único Nacional de Tránsito arrojó, igualmente, que la licencia está activa y corresponde a la misma persona de la cédula.

Seguramente por eso los encargados del negocio ilícito insistían en que estos documentos falsos 'salen igualitos, eso aguanta controles de la Policía' y señalaban: 'Vea, son más firmes que el original'.

HABLA LA POLICÍA

El asesinato de Amílcar Rodríguez encendió las alertas de las autoridades, que en operativos realizados dos días después del crimen capturaron a tres taxistas con licencias de conducción falsas.

El coronel Édgar Muñoz, subcomandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, reveló entonces que en lo que va de 2015 han 'detectado 44 casos de taxistas con irregularidades' en sus documentos de identidad.

De acuerdo con el comandante operativo de la Sijín, en 2014 judicializaron en la ciudad a 52 personas por el delito de falsedad en documento. En 2015, del primero de enero a la fecha, han llevado ante la justicia a 73 personas por este delito.

Pese a la facilidad con la que opera esta red, el oficial dijo que el aumento en las capturas se debe al 'incremento de los planes y los operativos' de parte de la Policía para 'contrarrestar' esta ilegalidad.

La falsedad en documento, de acuerdo con lo explicado por las autoridades, se clasifica en tres modalidades: la total, que es cuando alteran un documento por completo; la parcial, que se configura cuando sobre un formato original cambian algunos datos o información a favor de la persona que lo va a usar, y la alteración, que es cuando cambian datos en un formato original, como foto, fechas, etc.

La Sijín indicó que la Policía Nacional cuenta con un 'grupo especializado' que 'realiza un trabajo conjunto' con la Fiscalía y expresó que están 'adelantando varias investigaciones' tratando de enmarcar a quienes se dedican a este negocio en una 'estructura criminal organizada'.

'Estamos haciendo seguimiento y levantando pruebas para poder judicializar a toda la estructura por el delito de concierto para delinquir. Tendremos resultados pronto', aseguró.

Lo grave de esa espera es que mientras los operativos dan resultados, en sitios como el Centro de Barranquilla seguirán con este ilícito negocio. Si el pasado viernes fueron 16 licencias falsas las tramitadas por un solo intermediario ilegal, esta semana, de seguro, muchos interesados en este tipo de papeles acudirán a buscar estos servicios a la vista de todos.

De 6 a 8 años de cárcel

Las personas que sean encontradas utilizando un documento falso inmediatamente serán privadas de la libertad y puestas a disposición de la Fiscalía.

Estas personas enfrentarán un proceso penal, les imputarán cargos y de acuerdo a la gravedad recibirán una posible medida de aseguramiento. Por último, deberán enfrentar una sanción penal.

La máxima pena por usar documentos falsos privados es de 6 años de cárcel; la de documento público es de 8. 'En el momento en que una persona es encontrada con un documento falso, inmediatamente esto queda registrado en su hoja de vida', indicó el comandante operativo de la Sijín.