Henry Cabrera ve llegar algunas olas del mar a la orilla de Salgar, donde unos 30 kioscos aún se mantienen clavados en la tierra. Lleva 30 años como casetero del sector y ni la más fuerte brisa o el más bravo oleaje le ha preocupado tanto en los últimos años como la erosión que viene acabando con las playas del municipio de Puerto Colombia.
Cabrera bebe un sorbo de agua, acomoda su robusto cuerpo sobre la hamaca y vuelve a fruncir el ceño.
'El mar volvió a su calma otra vez desde la semana pasada, pero la marea sigue provocando la ola que vuelve y saca arena constantemente', advierte el descamisado casetero.
Miembros del gremio afirman que los espolones que hay en la zona, más los que son construidos, deben ser alargados porque perciben que 'la corriente de agua entra fuertemente a las playas y sigue la erosión'.
Trabajos
En el paisaje se avista un delgado grupo de rocas que alguna vez hicieron parte de las primeras obras estructurales y de control ambiental para la estabilización de la línea de costa de estas playas.
Los trabajos fueron realizados en marzo de 2011 bajo la gobernación de Eduardo Verano. Se invirtieron $10 mil millones del Fondo Nacional de Regalías, $2 mil millones de la administración departamental y $500 millones de la alcaldía de Puerto Colombia. Sin embargo, las obras quedaron inconclusas y la alcaldía del municipio solicitó en marzo de 2012 nuevos recursos al Fondo Nacional de Regalías para finiquitar las construcción de espolones y un muro de contención para el muelle. Hoy, caseteros de Salgar, como Cabrera, afirman que la erosión le ha robado unos 60 metros a la orilla de la playa.
Fue hasta septiembre de 2013 cuando el actual gobernador del Atlántico, José Antonio Segebre, anunció un estudio de la Universidad del Norte sobre la situación costera, el cual fue enviado a Planeación Nacional y el Órgano Colegiado de Administración y Decisión (Ocad) para definir una inversión de $25 mil millones en el proyecto de estabilización. Para ese momento ya se habían perdido más de 1.500 metros de costa.
'Los caseteros de Puerto vivimos la bonanza para finales de los 70, cuando López era presidente. Un día normal de la semana se podían vender hasta 30 pescados. Hoy solo dos o tres por día', asegura José Santiago, quien se dedica a la labor desde hace 37 años. No confía en la eficacia de algunos espolones nuevos construidos en Sabanilla porque afirma 'introducen la corriente hacia las playas'.
'Nos están perjudicando porque sacan la corriente y la meten hacia acá. La solución es que los alarguen más. El relleno artificial se lo sigue llevando el agua', indicó el casetero en la puerta de su negocio.
Antonio Morales, conocido en el sector como ‘Toño’, opina lo mismo. Sentado en uno de los quioscos que administra, advierte que hace falta mantenimiento a los cinco espolones de la zona y deben alargarse los que están siendo construidos para enfrentar la erosión. Cinco caseteros del sector hicieron esta observación a EL HERALDO.
De acuerdo con el Instituto de Estudios Hidráulicos y Ambientales (Ideha), el fenómeno natural viene afectando este sector de las costas del Atlántico desde 1935, tras la construcción de las obras de Bocas de Ceniza.
Obras
El proyecto de estabilización fue anunciado por Segebre en septiembre de 2014. La inversión para cinco espolones en las playas de El Country es de $22.500 millones, $6.800 millones para la construcción de barreras de protección en la zona del muelle de Puerto Colombia y $7.000 millones para ubicar dos espolones en el sector de las playas del casco viejo del municipio costero.
Las obras en Salgar, afirma el mandatario, van en un 40% y espera que estén listas antes de terminar su mandato.
'Los espolones en las playas de Miramar y Pradomar fueron terminados. Ahora vienen cuatro más en Salgar, todo el sector de las playas de El Country. Mañana (hoy) visitaré las obras para ver cómo van'.
El efecto de la erosión
La erosión costera es la desintegración gradual y la eliminación de las playas, incluyendo hábitats de arena, tierra y naturales que se han formado a lo largo de los bordes de las mismas. El Instituto de Estudios Hidráulicos y Ambientales (Ideha) sostiene que los procesos de erosión se hacen más graves cuando se presentan eventos como mares de leva, paso de huracanes u oleajes fuertes, como los que ocurren entre diciembre y abril. Esta conlleva a la pérdida de un valor económico, social y ecológico y al deterioro de las obras de protección, que favorece el riesgo de inundación.