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La sequía no es el único fenómeno que está afectando las ciénagas ubicadas en la banda oriental del Atlántico, como la de Mesolandia. Los rellenos ilegales, la gran cantidad de aguas residuales que reciben y las canalizaciones a las que han sido sometidas en algunos sectores, las tienen ‘sufriendo’.

Luis Carlos Gutiérrez, biólogo y decano de la facultad de Ciencias Básicas de la Universidad del Atlántico, señaló que las canalizaciones realizadas con el propósito de 'evitar desastres' al interior del sistema, impiden que el líquido ingrese a los humedales, razón por la cual dejan de cumplir su misión ambiental.

'Dentro de la política de mitigación de riesgo en el Atlántico, se han dedicado a canalizar el río para evitar que se inunden las poblaciones y, prácticamente, convertirlo en un canal navegable para la actividad portuaria', sostuvo.

En consecuencia, según el académico, se desvirtúa la dinámica del 'flujo normal' de un río hacia los cuerpos de agua. Señaló, así mismo, que el fondo de las ciénagas ha mermado, razón por la cual en un período de intensa sequía los humedales 'pierden su espejo de agua'.

Las ciénagas ubicadas en la banda oriental del Atlántico, como Mesolandia, están conectadas al río Magdalena, el cual es su principal fuente de abastecimiento. En la actualidad, las escasas lluvias que se registran en el departamento no son suficientes para la preservación de estos ecosistemas.

Las precipitaciones –con base en datos suministrados por el Grupo Biodiversidad del Caribe Colombiano- representan un máximo del 30 por ciento de la cantidad total de líquido que logra almacenarse en los humedales. Indican, además, que la mayor parte del agua se pierde por evaporación e infiltración.

El director de la Corporación Autónoma Regional del Atlántico (CRA), Alberto Escolar, aseveró que las obras de canalización tienen como objetivo 'mejorar' la oxigenación del sistema. 'La interconexión de esa ciénaga con el resto de sistemas que hacen parte de la zona es fundamental para oxigenarlo y para que entre agua con una mejor calidad', agregó.

Del mismo modo, sostuvo que el río Magdalena se caracteriza por 'un nivel de sedimentación permanente' y que las ciénagas se encuentran, de alguna manera, integradas a la principal arteria fluvial de Colombia.

'Esa interacción es dinámica debido a que, en la medida en que el río cambia su condición hidráulica por un aumento del caudal, la situación es variable en materia de arrastre de sedimentación', añadió Escolar.

Riesgos

Gutiérrez manifestó que el riesgo 'más grande' es que, al secarse estos humedales, 'algunas personas aprovechan para rodar sus espacios hacia la ciénaga y los invasores empiezan a construir pequeños ranchos, rellenándolos'. Esta situación, precisamente, es una de las más alarmantes, según el biólogo.

De acuerdo con lo expresado por el decano de Ciencias Básicas de Uniatlántico, los hechos más evidentes se están presentando en la ciénaga de Mesolandia, en jurisdicción de Malambo, donde se ha disminuido la capacidad de almacenamiento del agua. 'La están rellenando, por lo que se pierden lateralmente entre 4 y 6 metros', advirtió.

El humedal, según la CRA, tiene una extensión aproximada de 300 hectáreas y su profundidad, en promedio, alcanza los 2 metros. 'La ciénaga puede verse seca y tiene que ver con la situación del río, que es el que puede alimentarla. Hoy está en unos niveles mínimos y no ha aumentado lo suficiente para que entre a los canales que la alimentan', añadió.

El alcalde de Malambo, Víctor Escorcia, expresó que 'el relleno se ha hecho desde hace mucho tiempo por las empresas que colindan con la ciénaga. Por mucho que deseamos impedirlo, quedamos sin competencia porque eso le corresponde al ente regulador. Es necesario que la CRA intervenga para controlar la situación', aseguró.

De la misma forma, el alcalde de la población señaló que, durante administraciones previas –entre 2004 y 2011-, 'se estuvieron dando permisos de construcción a empresas que se han ubicado allí, con el consentimiento de la CRA'.

Frente a esto, el director de la CRA aseguró que la corporación no ha otorgado ninguna autorización para rellenar Mesolandia.

Aguas residuales

Por otra parte, Gutiérrez advirtió que las ciénagas están siendo cargadas con un material orgánico superior a su capacidad de depuración. La calidad del agua –comentó- es 'precaria' y amenaza a la población humana. 'La ciénaga se termina convirtiendo en una gran poza séptica', agregó.

En este sentido, el director de la CRA explicó que en el área cercana a Mesolandia habitan cerca de 120 mil personas que vierten aguas residuales domésticas de forma directa sobre la ciénaga. 'En materia de calidad del cuerpo de agua, siempre ha estado enmarcada por la condición de ser receptora de aguas servidas', precisó.

Las aguas residuales de una empresa criadora y procesadora de pollos ubicada en la zona tienen incidencia en la ciénaga, afectando la calidad del líquido. 'En el caso de Puropollo, tuvieron un proceso de investigación que culminó en una medida preventiva a raíz del vertimiento', puntualizó Escolar.