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Manuel Marimón acarició la imagen de San Basilio y le dio gracias por llevarlo de vuelta a su tierra de origen, luego de 25 'largos años' de espera.

Desde 1990 el hombre no retornaba a San Basilio de Palenque, corregimiento del municipio de Mahates, en el norte de Bolívar. 'Poco a poco mi familia se fue muriendo y ahora solo me quedan unos primos y unas cuñadas, por eso no había regresado', contó Marimón a la salida de la iglesia del pueblo.

El rostro del hombre de 75 años está surcado de arrugas, las huellas del tiempo y de su trabajo como camionero, que lo ha acostumbrado a no dormir mientras va por carretera y a estar siempre alerta.

Marimón hizo parte de un grupo de 64 adultos mayores palenqueros que retornaron el domingo a su lugar de origen para celebrar la fiesta de su patrono. Apenas puso un pie en su pueblo, agradeció a 'Basilio el grande' por llevarlo con bien y caminó hasta la pequeña iglesia donde está guardada la imagen del santo, para rendirle honores.

La edificación de paredes blancas está incrustada en la misma plaza donde se levanta la estatua de Benkos Biohó, el líder africano que fundó el lugar. Esa simbiosis entre catolicismo y cultura africana se vivencia en varios rincones de Palenque, pero sobre todo en su nombre.

El santo turco

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Las razones por las cuales un poblado fundado por africanos y en el que ahora viven sus descendientes tomó el nombre de un santo nacido en Turquía (ver recuadro) y venerado en gran parte de Rusia, están lejos del misticismo que muchos han querido imbuirle a la historia, asegura Bernardino Pérez.

La creencia popular indica que en algún punto a comienzos del siglo XVIII una comitiva religiosa viajaba con una efigie de San Basilio hacia el pueblo de San Agustín de playa blanca. En el paso por el palenque se quedó atascada y fue imposible sacarla del barro. Para los palenqueros se trató de un presagio y por ello habrían adoptado al santo como su patrono.

Pérez, quien es filólogo y filósofo, manifestó que la historia es pura ficción. 'Está documentado que cerca de 1715 líderes del palenque firmaron un acuerdo de paz con la corona española. El sacerdote basiliano, Antonio María Cassiani, hacía parte del grupo negociador y una de las condiciones que puso para el tratado fue que adoptaran la fe católica y le pusieran el nombre de San Basilio', explicó el hombre de 46 años.

'Sin embargo, la creencia popular explica que el santo se quedó atascado y eso puede simbolizar el hecho de que los palenqueros nos quedamos en nuestra tierra o siempre tratamos de regresar a ella', agregó Pérez.

Regreso

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A las 8 de la mañana del domingo, Marimón estuvo puntual para tomar el bus que lo iba a devolver, al menos por un día, a Palenque.

Junto a él estaba Pedro Valdez, un hombre de 66 años, delgado y de cara redonda.

Valdez hace parte de la Asociación Afrocolombiana Los 40, que junto a la Fundación Brasilia, gestionaron el transporte para el viaje, organizado por motivo de la fiesta de San Basilio.

'Que no haya confusión. Aunque somos Los 40 y somos negritos no tenemos nada que ver con el grupo ilegal', manifestó en medio de una carcajada estruendosa.

'Nuestro nombre es porque cuando creamos el grupo hace más de 20 años todos teníamos alrededor de 40 años en ese momento y nos pareció apropiado', añadió ubicándose en una fila para subir al bus que tenía asignado.

A diferencia de Marimón, Valdez va 'cada vez que puede' a Palenque. 'Me paso 15 días en Barranquilla y otros 15 en Palenque. Allá cultivo la tierra. Me siento lleno de vida cuando estoy en mi tierra', afirmó.

Con una lista en mano iban mencionando a los viajeros. Uno a uno fueron apareciendo entre la multitud, atendiendo al llamado para ocupar su lugar, camino al reencuentro con el pasado.

Se repetían los Cassiani, Pérez, Salgado, Valdez y Marimón, como si todos hicieran parte de una gran familia. En medio de chanzas y bromas subían al bus

Muchos iban expectantes, ninguno llevaba tanto tiempo como Manuel Marimón sin volver, pero todos estaban deseosos de dejar atrás los 146 kilómetros que desde el barrio El Valle, en Barranquilla, los separaban de Palenque.

Bienvenida ‘calurosa’

Los dos buses con los ilusionados viajantes llegaron alrededor de las 11 de la mañana a la plaza Benkos Biohó. Palenque los recibió con el característico calor sofocante. 'Este es un valle rodeado de montaña, por eso no corre tanta brisa', expresó Marimón con la frente perlada por el sudor.

En su cara se veía el estupor producido por no reconocer su pueblo. 'En 25 años ha cambiado mucho. Esta plaza no existía, las casas eran diferentes y la gente no transitaba en estos carros', dijo señalando un grupo de camionetas. 'Tampoco se ve mucho la mano del Estado', aseveró haciendo referencia a las calles sin pavimentar.

Algunos de los adultos fueron recibidos por familiares, a otros, como a Manuel, no los esperaba nadie, pero eso no parecía importarle. Estaba de nuevo en casa y faltaba poco para la procesión del patrono.

El que peca y reza...

A las 6 de la tarde San Basilio estaba engalanado. En su base movible de madera fueron colocadas cientos de flores blancas y amarillas.

Cuatro hombres lo cargaban en andas y se movían al son de la música de una papayera de Mahates. Daban cuatro pasos al frente y luego dos hacia atrás, con el ritmo cadencioso de quien hace unos pasos de baile.

Mirando al santo, un grupo de mujeres bailaba con velas en la mano, como en una especie de trance. La cera derretida caía en sus manos pero ellas parecían no darse cuenta.

'Esto al menos no ha cambiado', afirmó un aliviado Manuel Marimón. Y enseguida agregó señalando: 'tampoco eso'. El hombre apuntaba a un grupo de feligreses que llevaban en una mano una botella de cerveza y en la otra una vela encendida.

'Dicen que el que peca y reza empata. Así es mejor', comentó un divertido Marimón.

Luego de cerca de tres horas de recorrido, San Basilio fue nuevamente guardado en la iglesia. El grupo de 64 adultos mayores sabían que su viaje culminaría pronto. Pero eso no empañaba la satisfacción de haber rendido honores al santo patrono que, al igual que ellos, pasó para quedarse, aunque ellos en espíritu porque ayer retornaron a Barranquilla, a su realidad.

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Basilio el Grande

Basilio nació en Cesarea de Capadocia, actual Turquía, en el año 330. Es santo de la Iglesia Ortodoxa y uno de los cuatro Padres de la Iglesia Griega. Es reconocido por sus textos como el ‘De Spiritu Sancto’ y su posición en la ortodoxia de la fe católica.

Falleció en la misma ciudad de su nacimiento el 1 de enero del 379, de ahí que su fiesta en oriente sea ese día, mientras que en occidente es el 2 de enero.

Fray Antonio María Casssiani fue el sacerdote basiliano que exigió que Palenque llevara el nombre del santo que veneraba, como parte del pacto de no agresión que los cimarrones acordaron con la corona española, en el siglo XVIII.