Ñeque, guartinaja, conejo ahumado, pavo y pato ahumado fueron los animales ‘exóticos’ incluidos este año dentro del menú para la elaboración de los pasteles, en el vigesimotercer Festival del Pastel de Pital de Megua, corregimiento perteneciente a Baranoa (Atlántico).
La receta también incluyó este año, además de las especies animales, el uso de otros ingredientes, como la masa de yuca y de millo para darle robustez a los envueltos.
Raquel De la Asunción Urueta, habitante de la población y una experta en la elaboración de este manjar, explicó que desde que se inauguró el festival en junio de 1993 cada año se busca darle un matiz distinto para que no se vuelva monótono.
'Este año le añadimos a los pasteles pato ahumado, ñeque, conejo ahumado, además de los tradicionales que se venden como el de gallina, cerdo y pollo, ¡puro animal gourmet! (risas). También los hicimos de masa de yuca y de millo en vez de arroz', afirmó De la Asunción.
La mujer, de 60 años, hace parte de las 24 personas que pertenecen a la Asociación de Mujeres Hacedoras del Pasteles (Asomuhapas).
Asimismo, manifestó ‘Raque’ –tal y como es llamada la pitalera entre sus allegados- que aspiraba a duplicar los 400 pasteles que vendió el año anterior. Los precios, de acuerdo con ella, van de 6.000 a 10.000 pesos.
Para ello, según indicó, incluyó esta vez el apoyo de su esposo Julián De la Hoz, un hijo, su nuera y de dos vecinas. Cada uno tiene una misión en la elaboración del platillo.
Junto a su esposa, De la Hoz señaló que 'lo único malo de hacer pasteles es que todos los años me embolatan el cumpleaños'. Luego dijo que el sábado anterior llegó a los 62 años de vida y lo cogieron 'amarrando e identificando el sabor de los envueltos'.
'Los de cerdo les ponemos una tusa entre las pitas, el de pollo un plástico azul, el de conejo un plástico gris y el de guartinaja le pongo doble marca', expresó De la Hoz. Seguido mencionó que otra de las labores que le pone Raque es el de meter y sacar los pasteles en la olla con agua hirviendo.
Tradición de años. Marco De los Reyes, habitante de Barranquilla, señaló que visitar Pital de Megua en esta época es casi que 'obligado' porque va en busca de ese sabor 'condimentado' y que es característico en el pastel.
'El más rico para mí es el de cerdo, aunque me gustan todos. Vengo acompañado de mi familia', anotó el hombre mientras degustaba un vaso de sopa en una de las mesas de la venta de Raquel.
Su puesto estaba ubicado ayer en la puerta de su vivienda. Este hacía parte del rosario de ventas informales del producto que estaban frente a la iglesia de la población.
Finalmente, Raquel De la Asunción mencionó que este año contaron con el apoyo de la Gobernación en la entrega de algunas sillas, mesas y carpas para el evento. Sin embargo, opinó que las autoridades locales y departamentales no le han dado el valor a este festival que, a punta de sabor, envuelve y cocina lentamente a los atlanticenses.