El profesor Juan Barrios y la estudiante Loly Luz de la Asunción fueron los actores de la acción de nulidad que hoy tiene suspendido el proceso de elección de nuevo rector de la Universidad del Atlántico. Pelean jurídicamente –dice él– por el derecho constitucional de la igualdad de todos los candidatos. Como un caballero y su escudero en las batallas del mundo académico del derecho.
Más allá de la suspensión del proceso de elección de rector, los demandantes solicitaron la adopción de decisiones administrativas y/o impartir órdenes de hacer o no hacer, tendientes a que el Comité Electoral de la Universidad del Atlántico programe la realización de consultas internas en los sectores productivos o gremios, exrectores y directivas académicas, los cuales tienen asiento y representación en el Consejo Superior de ese centro de estudios superiores.
Lo que buscan es que todos los postulados se sometan a consulta pública y que no sea solo para dos sectores, como hoy ocurre. 'Mientras dure el proceso no se puede hacer ninguna elección', dice Barrios.
Una de las cosas que señala el docente, con 41 años en la Uniatlántico, es que a nadie se le ocurra pensar que le está haciendo un favor o un mandado a 'nadie'.
'Ya cuando uno llega a la edad como la que tengo (75 años) ya el hombre está más allá del bien y del mal. Los últimos años de mi vida no puedo hipotecar mi conciencia. No soy un condotiero (soldado mercenario) que exige por el ejercicio de mi acción un pago, no estoy detrás de ningún botín. Me interesa es que brille con luz propia la democracia al interior de la universidad', recalca.
Barrios no usa celular, tiene fama de buen orador y como maletín ejecutivo carga un par de bolsas plásticas repletas de papeles 'valiosos'. 'Desde luego, tengo mis convicciones e ideas políticas, soy un hombre de partido también, como de religión. Salgo de aquí a la procesión de la Virgen de Chiquinquirá', cuenta.
La decisión del magistrado, según el profesor, fue tomada con base en el Artículo 4 de la Constitución de 1991 que dice que esta 'es norma de normas y en todo caso de incompatibilidad con otra ley se aplicarán las disposiciones constitucionales'.
Cree que la gente debe tener claro que Uniatlántico no es un convento, ni un cuartel militar, no es mansa. 'Es contestataria, es contradictoria. El rector debe saber eso y debe estar preparado para enfrentar esa situación, porque allí existen personas que militan en diferentes partidos políticos, y estos se enfrentan. No estamos pidiendo un humanista de la talla de (Miguel) de Unamuno, pero sí un hombre consciente para que rija los destinos de la Universidad', concluye y remata destacando la labor de su escudera, 'ella también es pieza vital en esta ‘batalla'.