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Cinco años tardó la periodista barranquillera Luisa Manotas tratando de recuperar las facciones de su rostro luego de someterse en 2005 a un procedimiento estético que, según ella, se practicó en una de esas llamadas clínicas de garaje. Voceros de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica alertan que semanalmente entre tres y cuatro pacientes acuden a consultorios de especialistas con complicaciones por procedimientos estéticos irregulares, como el de Luisa o como el de Angie Carolina Mendoza Cera, una joven de 23 años que falleció en un hospital de la ciudad.

Hoy, en mejor estado, aunque con algunas secuelas de los biopolímeros que tupieron su rostro hasta el punto de desfigurarlo, Manotas busca evitar a través del voz a voz y desde la Secretaría de la Mujer de la Gobernación del Atlántico, dependencia para la que trabaja, que 'más mujeres caigan en el error' de conseguir la belleza a través de procedimientos estéticos clandestinos.

Para eso, Luisa recuerda su caso cada vez que puede. Lo socializó en escuelas de estética para las que trabajó como docente de ética y etiqueta; y ahora vuelve a narrarlo a raíz de lo que le sucedió a Angie. Ella buscó hace una semana aumentar el tamaño de sus glúteos a través de un procedimiento estético casero y terminó muerta, en un caso que conmocionó a la ciudad.

La joven madre fue intervenida en un apartamento del norte de Barranquilla por una mujer que, según información de la Secretaría de Salud Distrital, no tenía ningún tipo de acreditación médica para realizar el procedimiento, pero que a través de redes sociales decía que era una cosmetóloga 'experta en glúteos'.

De acuerdo con las pesquisas de las autoridades, la persona que intentó aumentar el volumen de la cola de Angie, identificada como Erika Ordóñez Rodríguez, trató de hacerlo con la inyección de líquidos.

A raíz de la primera muerte registrada en Barranquilla por un tratamiento estético irregular, Luisa Manotas rememora que hace 10 años, luego de corregir un problema de miopía y dejar las gafas, notó que tenía algunas 'arrugas' en su rostro.

'Por curiosidad quise hacerme un relleno en el entrecejo, donde yo me veía un huequito que me habían dejado las gafas. Acudí hasta donde una mujer que me recomendaron y ella me dijo que me iba a rellenar con un medicamento que, de lo que recuerdo, la supuesta esteticista lo calentó en un horno microondas para dejarlo líquido. Y luego me lo inyectó', sostiene la periodista.

Primero la frente, luego fueron los pómulos y, por último, el mentón. Según Luisa, así consiguió los resultados 'deseados'. Sin embargo, los problemas surgieron 'de la nada', cinco años después de practicado el procedimiento.

'Quedé deformada, como un monstruo, que no es lo mismo. Mi rostro se inflamó, pero no sentía dolor. Me encerré y solo salía a dar mis clases, en ese momento fue de la casa para el trabajo y del trabajo para la casa', afirma.

A pesar de todo, Luisa recuerda que inició la búsqueda de manos profesionales para tratar de recuperar su rostro.

El cambio

La dermatóloga y médica estética atlanticense Ruby Coll considera a Colombia como 'el país del Espíritu Santo' porque en esta tierra 'cualquiera' puede abrir un negocio y practicar allí procedimientos estéticos 'sin que nada suceda' y sin tener encima la lupa de las autoridades.

La especialista, graduada de la Universidad de Buenos Aires, Argentina, hace el comentario a raíz del caso de Angie Mendoza y por lo que tuvo que lidiar con Luisa, durante cinco años de sesiones.

La periodista ha sido una de las 900 pacientes que, calcula Coll, ha atendido en el último lustro. Se trata de hombres y mujeres que han caído en los procedimientos fallidos llamados Alogenosis Iatrogénica, tal y como es conocido en el ámbito médico el daño corporal causado por tratamientos invasivos con biopolímeros.

Estas prácticas son realizadas por esteticistas y cosmetólogas y, según menciona Coll, son 'más comunes' en Barranquilla de lo que 'se pueda imaginar'. Indica que mensualmente atiende entre 10 y 15 pacientes, todas por complicaciones en el rostro.

En el caso Manotas, la dermatóloga explica que se infiltró la zona donde la supuesta cosmetóloga le aplicó la sustancia y luego fueron varias sesiones con una máquina de radiofrecuencia para desinflamarla. Después le hizo drenajes por los 'compromisos' de nervios superficiales. 'De los que la que conocieron en la fase leonina, hoy ven a otra persona', sostiene.

En cuanto a los procedimientos en otras partes del cuerpo, como glúteos, busto y pantorrillas, la especialista, miembro de la Sociedad Colombiana de Dermatología, advierte que pueden 'ser mucho más graves' que los de rostro, debido a las complicaciones por la aplicación de líquidos como aceites, siliconas, parafina y los ya mencionados biopolímeros.

'Existe la posibilidad –explica– de que el líquido se pase para una arteria y la paciente no viva para contarlo, como le sucedió recientemente a la joven (Angie Mendoza)'.

Coll reflexiona sobre las cosmetólogas y esteticistas que se dedican a estas prácticas sin ningún tipo de licencia y sin el conocimiento necesario y sugiere que las autoridades deben ser 'más rigurosas'. Opina que tienen que 'hacer más controles' en la inspección de estos lugares y en la entrega de permisos para su funcionamiento.

En recientes declaraciones, la secretaria de Salud Distrital, Alma Solano, habló del número de centros de estética y de cirugía plástica referenciados en la ciudad. Dijo que existe un total de 90 sitios y especificó: '17 son centros de medicina estética y 73 son prestadores de servicio de cirugía plástica y estética'.

Sin embargo, la Cámara de Comercio de Barranquilla informó a EL HERALDO que en su base de datos existen 205 registros (negocios) entre 'clínicas, consultorios y centros de tratamientos estéticos'.

Solano insiste en que la ciudadanía no debe dejarse engañar. 'Ni las esteticistas, ni las fisioterapeutas ni las cosmetólogas pueden hacer procedimientos mínimamente invasivos, ni estéticos, ni con inyecciones ni de ninguna clase. Solo los médicos pueden realizarlos'.

Bomba de tiempo

Héctor Peñaranda, especialista en cirugía estética y asesor de la Secretaría de Salud Distrital para estos temas, asegura que en Barranquilla se practican diariamente procedimientos similares al que intentó hacerse Mendoza Cera, lo que, según él, se convierte en una 'bomba de tiempo'.

Explica que en el caso de la joven muerta se presentó la complicación en ese momento, 'pero –sostiene– muchas veces estas se dan meses o años después'.

De acuerdo con Peñaranda, esos casos suceden por el tipo de sustancias que terminan inyectándoles a los mujeres en sus glúteos.

'Cuando se inyecta una sustancia en grandes cantidades, el organismo lo detecta como un cuerpo extraño', precisa el especialista.

'Puede haber alteraciones de la presión arterial o sanguínea, tejidos muertos o traumaembolismo pulmonar, que es cuando la sustancia inyectada emigra hacia el corazón o los pulmones', agrega.

Incluso, el cirujano dice que tiene pruebas de que centros de estética clandestina están inyectando en la ciudad y en el país 'silicona líquida de uso automotriz', para aumentar el tamaño de los glúteos en las mujeres.

Por eso, Peñaranda alerta que 'no existe ninguna sustancia líquida segura para colocar en glúteos'.

Problema de por vida

La cirujana plástica Lina Triana, presidenta de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva, va más allá de lo que dice la dermatóloga Ruby Coll, y afirma que los casos de alogenosis tienen complicaciones 'de por vida'.

Asegura que hoy por su consultorio pueden pasar entre 3 y 4 pacientes semanales y que a todos les dice que se hará lo posible por sacarle 'parcialmente' lo que 'alguien' le implantó en algún momento, pero no se 'compromete'.

'Vemos bastantes pacientes por alogenosis y están en aumento. Hace 10 años no se veían estos casos. Las personas llegan con la piel roja, morada, con bolas. Es un problema porque esos (biopolímeros) no se pueden sacar completamente', manifiesta.

Triana se basa en que cuando se inyectan estos productos a presión no quedan en un solo sitio, sino que se esparcen. 'No se puede hacer una incisión para abrir y sacar todo, a no ser de que uno corte músculo, lo que puede dejar a la persona desfigurada'.

Sobre las víctimas de procedimientos quirúrgicos y no quirúrgicos irregulares, dice que el deber de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva es exigirles al Gobierno y al Congreso que tomen cartas en 'este grave asunto' para evitar que operaciones en manos no idóneas continúen siendo un riesgo social. Por esto, a través de la Sociedad, gestionan un proyecto de Ley en el Senado para que se sancione a quienes los ejecuten de forma irregular.

'Tenemos derecho a que el Estado y el Legislativo protejan la salud y la vida de los colombianos y de los extranjeros que ven en Colombia un destino con excelentes especialistas que realizan procedimientos quirúrgicos y no quirúrgicos con fines estéticos. Para esto es necesario regular y reglamentar quiénes son los especialistas idóneos para realizar los procedimientos', precisa Triana.

Colombia, afirma, se mantiene entre los 10 primeros países que más procedimientos quirúrgicos y no quirúrgicos practica al año, con 357.115 realizados en 2014.

De acuerdo con los resultados presentados por la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética –ISAPS, por su sigla en inglés–, Colombia ocupó el año pasado el séptimo lugar en el mundo en cuanto al total de procedimientos quirúrgicos, el sexto en cirugías de senos y el cuarto en otras partes del cuerpo y extremidades.

Los procedimientos no quirúrgicos invasivos que más se realizaron en Colombia en 2014 fueron la Toxina Botulínica (Botox) con 45.372 atendidos y Ácido Hialurónico 20.843.

Casualmente estos fueron los que clandestinamente les practicaron a Luisa Manotas hace diez años y a Angie Mendoza hace una semana, pero cayeron en una trampa. Hoy una logra contar su testimonio, lastimosamente la otra no sobrevivió.

Casos por biopolímeros

En el rostro

La dermatóloga Ruby Coll señala que las personas, por lo general, son engañadas con que les van a aplicar Botox y Ácido Hialurónico en el rostro. Ella menciona que los pacientes terminan con diversos productos inyectados. Recomienda siempre 'preguntar antes de someterse a un procedimiento'.*

Muerte de tejidos

La aplicación de biopolímeros y productos como aceites y siliconas en los glúteos, según la cirujana plástica Lina Triana, ocasiona en casos extremos la muerte de los tejidos. En este caso, explicó la especialista, el paciente debe ser sometido a procesos quirúrgicos debido a que puede perder la vida.*

Alergias

Otra de las reacciones a los biopolímeros y los productos aceitosos que son aplicados en los glúteos son las alergias. La dermatóloga Ruby Coll sostiene que estas deben ser tratadas con potentes medicamentos debido a que pueden ocasionar más traumas.*

En contexto : Cosmetóloga y esteticista

Lida Cabra, directora de la academia de belleza Siluet 2000, en Santa Marta, reconoce que hay una gran cantidad de esteticistas que hoy están haciendo procedimientos invasivos, pero hay otras que tienen la ética y el profesionalismo para trabajar bien. Opina que estas serán 'estigmatizadas' por culpa de aquellas cosmetólogas y esteticistas que, lamentablemente, 'la falta de conciencia y por razones que cada quien tendrá, se meten en el campo que no les compete'. Manifiesta que las autoridades deben controlar con más rigor la habilitación de los centros de estéticas, la venta de equipos de estética y a las instituciones que enseñan procedimientos invasivos a sus alumnas.