Con el retiro de dos terceras partes de la capa vegetal continúan los trabajos de recuperación del lago de El Cisne, anunció el contratista Nicolás Renowitzky.
Debido a que la zona que falta es pantanosa, el contratista explicó que no han podido hacer la remoción 'por temor a que el bulldozer se atasque y se dañe'. Por eso indicó que harán una labor manual con 10 trabajadores, aunque aclaró que 'eso solo limpiaría un 80%'.
La falta de agua ha permitido que en el terreno crezcan todo tipo de plantas no acuáticas. 'Es necesario quitar la capa vegetal porque una vez empiece a rellenarse el lago, las plantas se van a podrir y van a dañar el líquido', señaló Renowitzky.
Simultáneamente, indicó que con máquinas han ido realizando el movimiento del terreno para delimitar el sitio del parque, los parqueaderos y los andenes, 'para que al final de la semana se coloquen los geotextiles, de tal manera que haya una protección de 200 metros en la orilla del lago', indicó.
Excesiva contaminación
Una de las preocupaciones principales es que el agua que llega hasta el lago, proviene del arroyo León, una corriente que es alimentada por ‘ríos urbanos’ del suroccidente de Barranquilla.
'A pesar de que hay una parrilla que retiene grandes sólidos (tablas, colchones, bolsas de basura, muebles, entre otros), muchos pasan y terminan en El Cisne. Esto contamina más que los mismos desechos fecales que llegan al arroyo', manifestó el ingeniero.
Es por eso que dentro del contrato de recuperación se hará un trabajo de tratamiento. 'Las bombas de 50 caballos de fuerza ya están en las plantas. Se encargarán de succionar el agua y luego la pasarán a través de unos separadores ciclónicos de sólidos (equipo utilizado para separar partículas solidas suspendidas), que llegarán esta semana', afirmó Renowitzky.