Un astronauta de la Nasa y un ángel visitaron ayer la casa de Rosiris, en el barrio Simón Bolívar. A la de Pablo llegaron dos ángeles y al hogar de Concepción otro lideró el arribo de un escuadrón de bomberos. Cada primero de noviembre, en las calles de Barranquilla, las apariciones de pequeños alados en las puertas de las viviendas anticipan un solo hecho: la entrega de dulces mientras los niños celebran el Día de los Angelitos.
Es una fiesta tradicional -aunque ya no tan viva- de algunas ciudades del Caribe colombiano, netamente católica y heredada de los españoles. Una festividad en la que Miguel Ángel y Rachel Restrepo pueden disfrazarse, salir con su abuelo, Roberto Barrios, a caminar las calles del sector y compartir con sus amigos.
'Me gusta este día porque puedo jugar con otros niños y comer muchos dulces', comentó Miguel Ángel, de 9 años, mientras corría hacia la próxima casa de la cuadra, seguido de su hermana.
Roberto Barrios, de 78 años, les seguía a paso lento, con la mirada arrugada, pero con una sonrisa permanente, pues gozaba al ver a sus nietos tan felices.
'Yo salía a pedir dulces cuando era pequeño todos los años. Salían muchos niños, no como ahora que la tradición se está perdiendo', comenta mientras se reposa bajo la sombra de un árbol.
El veterano meditó unos segundos y enfatizó que antes los chicles, bombones y gomas eran reemplazados por yuca, maíz verde, cañandonga, panela, plátano y hasta pedazos de costilla con los que los menores, asesorados por un adulto, terminaban haciendo un sancocho.
Celebración. La Pastoral Infantil de la Arquidiócesis de Barranquilla argumenta que en la comunidad española de Extremadura se celebraba una fiesta llamada ‘Chaquetía el Día de Todos los Santos’ (1 de noviembre) como preámbulo al ‘Día de Todos los Difuntos’, que consistía en que los niños salían a pedir aguinaldos como premio adelantado por tocar las campanas en memoria de los fallecidos el 2 de noviembre.
En la Región Caribe los niños salen a pedir dulces hasta el mediodía, y la Pastoral Infantil viene trabajando desde hace 14 años para que su tradición sobresalga ante el ‘Día de las Brujitas’ o ‘Halloween’, celebrado el 31 de octubre.
'Preferimos el día de los Angelitos. De Brujas dejen ese cuento que me da hasta miedo. Los niños son puros angelitos', advirtió Vilma Navarro, quien acompañaba a su hija, Natalia, de 8 años, a pedir dulces con unos vecinos.
Mientras observa a su hija contar los dulces que trae consigo, agrega que antes no había necesidad de que los padres acompañaran a sus hijos 'porque no había tanta inseguridad'.
Durante un recorrido de EL HERALDO por diversos barrios de la ciudad, se evidenció que la celebración prevalece más en los barrios populares, y que el disfraz no es un requisito para pedir dulces.
'En la tradición de los Angelitos el principal requisito es ser niño', sentenció Navarro al continuar su camino.
En cada esquina y casa donde habían niños pidiendo dulces, se escuchaba el conocido estribillo de la jornada: 'Ángeles somos/ del cielo venimos/ pidiendo limosnas/ para nosotros mismos'.