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Iván Jiménez Reyes, comerciante, sostenía una botella plástica con agua de mar y la mostraba a todos los curiosos que quisieron verla.

Por todo el recipiente se movían unas pequeñas larvas blanquecinas con cuerpo alargado. Cada turista que se acercaba a ver daba un veredicto diferente: 'parecen camarones'; 'parecen sarapicos' o 'parece fibra de vidrio', decían.

Ayer en la mañana, bañistas en Caño Dulce, balneario de Tubará, alertaron a las autoridades sobre la presencia en la orilla de lo que llamaron 'una rara especie marina' que estaba causando comezón a las personas que ingresaban al mar.

Dentro de una caseta, a unos tres metros de Jiménez, una mujer narraba sus momentos de preocupación por la extraña picazón. 'Entré a bañarme y llevaba como un minuto cuando empecé a sentir un ardor y una rasquiña por todo el cuerpo. Me salí del agua y vi que tenía unos punticos blancos, como espinas, enchazadas en la ropa y la piel', relataba Janeth Lizcano, ama de casa que viajó con su familia a disfrutar del lunes festivo.

'Al principio pensamos que era fibra de vidrio, como siempre pasan botes cerca de acá, pero después vimos que eran animalitos que se movían y eso nos dio miedo', agregó.

Una situación similar vivió Lilia Solano. Señaló que el ardor era insoportable y hasta tuvo que pasarse hielo por la piel para calmarse. 'Es una cosa muy rara. Llevo muchos años viniendo a esta playa y nunca había pasado', indicó Solano.

La Policía del Atlántico llegó al lugar para realizar un estudio que determine qué especie es y qué consecuencias puede tener en los seres humanos que entran en contacto con ella.

Al cierre de esta edición, un análisis preliminar de la CRA indicaba que los ejemplares son una etapa larvaria de una especie marina, pero aún no determinan si es de ‘agua mala’ (Physalia physalis) o un tal vez un parásito. Lo cierto es que los expertos atribuyen su llegada a las costas a las fuertes corrientes y al cambio climático.