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El brigadier general Ramiro Castrillón Lara fue uno de los ocho comandantes metropolitanos de la Policía que el año entrante cambiarán de cargo. 'Con el ánimo de acompañar la gestión de los nuevos mandatarios locales y regionales', explicó el miércoles la institución en un comunicado.

Castrillón cumplirá el 26 de diciembre un año en Barranquilla, desde que llegó a la ciudad para recibir la jefatura de la seccional, nombramiento oficializado el 10 de enero en una ceremonia pública en la Plaza de la Paz.

Tras el anuncio de su relevo, el oficial accedió a una entrevista con el director de EL HERALDO, Marco Schwartz Rodacki.

Castrillón respondió los interrogantes sobre su gestión, que sin que haya acabado tiene indicadores para destacar como el aumento de armas ilegales incautadas, pero también falencias como el incremento de los homicidios en Barranquilla.

'Ella tiene razón cuando habla de que se esperaba más, es cierto. Pero se falla es cuando se culpa a una institución y no se mira el contexto', aseguró al preguntársele sobre las críticas hechas por la alcaldesa Elsa Noguera De la Espriella. 

P ¿Cómo deja el cargo y qué planes tiene?

Satisfecho de haber estado en Barranquilla. Cuando se llega a una unidad, se llega con muchas expectativas, buscando siempre dar y hacer lo mejor. Y como cuando se llega con muchas expectativas, se resuelven algunas y otras quedan no pendientes de resolver, pero sí se pudo haber mejorado algunas cosas, si dependieran todas de la Policía o las personas.

Hay factores externos o internos que contribuyen a que los objetivos se cumplan o no. Y en lo que respecta a la institución, hemos dado lo mejor. 

Es bueno que se aclare, porque muchos dicen: es que el policía sabe quién hurta, quién mató. Pero una cosa es que sepamos y otra que se busque un buen acervo probatorio para que el fiscal tenga unos buenos argumentos para solicitar la orden de captura.

Hay una falla garrafal en el sistema. En reuniones a varias personas les comenté que si algo en el sistema falla, falla todo. Si el reloj se me retrasa, yo digo me fallo el reloj, está malo. Pero si fuera relojero y lo desbarataría, iría al fondo del problema y diría: el reloj está bueno, lo que me está fallando es la pieza esta. Pero esa pieza está haciendo que el sistema funcione mal.

P ¿Y cuál pieza falla?

R. Diría que desde la creación de la dosis personal se empezó a deteriorar la sensación de seguridad. Tienen la razón aquellos padres de familia que ven en un parque a esos drogadictos, cuando dicen: quítenlos de aquí, pero mire que la Policía los ve. Nosotros los llevamos para la UPJ (Unidad Permanente de Justicia) que hoy es un elemento muy bueno para la Policía y la seguridad de Barranquilla. Hay que fortalecerla, para nosotros ha sido fundamental.

P ¿Si la dosis personal es legal, con qué argumento los llevan a la UPJ?

R. Para individualizarlos porque muchos no tienen documentos y en la UPJ se verifica si es menor de edad, tenemos un sitio para ciudadanos en alto grado de exaltación, sitios para mujeres y adultos mayores.

Pero vamos al otro problema, que yo veo el fondo del problema allí. La base de la sociedad es la familia y hoy el alto porcentaje de los padres han dejado esa labor de educar bien a sus hijos. Lo que no se haga en la primera infancia, después es más difícil hacerlo. Que no pase lo que pasó un día, en un homicidio en el barrio La Luz. Un muchacho que lo mataron, en un sicariato, llegó la señora madre y lo primero que dijo: yo estaba esperando ese desenlace. Muchas madres de familia, cuando el policía lleva al menor a la UPJ, piden: déjenmelo aquí, por favor, no me lo suelte.

El otro problema del sistema es la parte judicial. Aquí hemos tenido dificultades que dijo mi general Palomino (director nacional de la Policía). Se capturaron unos jueces, unos fiscales, no todos y no podemos generalizar, pero son las pruebas y eso fue lo que se hizo.

Si el sistema trabaja engranado, los delincuentes van a saber que van a perder siempre. Porque el delincuente podrá ser delincuente, pero no tiene por qué estar en las calles. Así las cárceles estén saturadas y llenas, es el mejor sitio donde debe estar.

Nosotros capturamos todos los días más de 30 personas cometiendo delitos, el 50 por ciento son por hurto en flagrancia con armas de fuego, con cuchillos. Pero son muy pocos los que quedan en la cárcel o con detención domiciliaria. Hay un saco roto y si echamos al saco y pasan derecho, vamos a seguir fallando. 

P Es un problema de la normativa colombiana o de que muchos jueces dicen que la Policía les echa la culpa, pero no los capturan con todos los fundamentos.

R Eso es lo que no se tiene que presentar. Por eso hablo de trabajo en equipo. Hay dificultades de parte y parte. Por eso el empeño mío fue capacitar a 1.200 agentes. Lo que pasa es que existe, por ejemplo, la Ley 1453, que estableció como delito no excarcelable el porte ilegal de armas, si es original, y aumentó la pena de entre 4 y 8 años. ¿Cómo justifica usted que capturemos por porte ilegal de armas a 1.555 personas y queden 1.301 libres? Eso es un 84%.

P ¿Cómo se explica eso?

R. Ya le nombré la norma, que dice que no es excarcelable. Máxime cuando la mayoría son capturados hasta 10 veces con antecedentes por porte ilegal de armas. Allí hay una falencia.

P ¿Desde la Policía han hecho un análisis de qué argumentos dan los jueces, mayoritariamente, para dar las libertades?

R. La Policía es respetuosa de las decisiones de las autoridades judiciales. No soy quién para manifestar qué se está haciendo bien o mal. Simplemente estoy trayendo a colación una norma.

En Barranquilla han sido capturadas 1.172 personas Mientras que en la Metropolitana el 84% queda libre, en Barranquilla es el 85%, 7% queda en la cárcel y 8%, con detención domiciliaria.

En Barranquilla hay 2.992 detenidos con casa por cárcel y el Inpec tiene a unas personas para pasarle revista. ¿Qué hice yo con el director de la regional Caribe del Inpec? Le dije: pongámonos de acuerdo y yo le ayudo para, con las patrullas del cuadrante, pasar revista de esos detenidos para que no sigan delinquiendo.

Es muy difícil. Imagínese: 2.992. Este año han muerto seis de esas personas que estaban cumpliendo casa por cárcel y cometiendo delitos. Nada justifica una muerte, pero no hay otro destino para el delincuente, sobre todo aquel que es empedernido, que se acostumbró y ya no tiene resocialización.

P De un tiempo para acá ha habido, tal vez, una fricción entre las autoridades gubernamentales y la Policía, tanto por parte de la actual Alcaldesa como del Alcalde electo. ¿Qué opina de la voluntad del Alcalde electo de implicar al Ejército en la seguridad?

Hay dificultades por factores que son externos y que uno quisiera resolver, pero que no dependen de uno. Por ejemplo, la intolerancia, el alto consumo de licor. Un homicidio como el que ocurrió ayer (jueves). ¿Quién previene que en una casa el esposo mate a su esposa? Eso es muy difícil.

En el caso de los homicidios, que es lo que nos tiene en esta situación (386 hasta el sábado), 10 han sido de delincuentes en enfrentamiento con la Policía, 20 murieron porque la víctima salió general y mató al delincuente y 18 homicidios ocurrieron al interior de las residencias. Son 48.

P Se puede prevenir si hay denuncias previas que no han sido atendidas de la víctima. No digo que sea solo responsabilidad de la Policía.

R La ruta de atención, que no se haya activado. Puede servir. Mire, la Policía solo tiene agradecimientos. Cuando me habla de enfrentamiento, yo jamás lo he visto así.

P ¿Nunca?

No, jamás. Yo, por lo menos, no lo veo así.

P Pero hay críticas bastante duras.

Sí, pero repito: la Policía es una parte del eslabón. Hay que mirar integralmente el contexto. La responsabilidad es de todos. Si no trabajamos en equipo, se fortalecen los delincuentes.

P ¿En otras palabras, todos tienen alguna cuota de responsabilidad?

R. Todos tenemos que trabajar en equipo y aquí no le podemos echar la culpa a la Policía porque nosotros somos una parte del eslabón, una parte del sistema.

Solo tenemos agradecimientos por la administración municipal, no solo para ella, sino para todo el gabinete. Por los esfuerzos que hace, por el trabajo que se hace, y yo diría que ella tiene razón cuando habla de que se esperaba más. Es cierto. Pero se falla es cuando se culpa a una institución y no se mira el contexto.

En el caso del Ejército, la Constitución establece esa misionalidad y habla de la asistencia militar, de quién es el que tiene pedirla, y que es en estado de excepción para apoyar a la Policía. Nosotros hacemos operaciones conjuntas permanentemente con el Ejército.

P ¿Cuál sería la novedad de una colaboración, si ya se está haciendo?

R Mi general Palomino habló ayer (jueves), esa es la línea del mando. Yo no quiero referirme. Causamos polémicas donde no lo veo.

P ¿Cuál considera que ha sido su mayor éxito aquí y qué autocrítica se hace?

R. El mayor éxito es poder haber llegado a las comunidades con el trabajo. Si bien es cierto, hay objetivos que uno quisiera que se cumplieran a cabalidad, pero ya lo dije: hay factores externos que impiden que eso se desarrolle. En lo que respecta a la Policía y al suscrito, dimos los mejores esfuerzos. Yo tengo la frente en alto, trabajando honestamente, poniendo el pecho y estando donde están los problemas, ni más faltaba.

El delincuente está ahí y siempre va a buscar la oportunidad para obtener lo que busca, a costa de lo que sea. El efecto globo siempre va a estar porque usted aprieta en un lugar y ellos de ese lugar se van a buscar el objetivo en otro sitio.

Y en el caso del homicidio, es algo que nos afecta porque es el delito más atroz, porque así sea un bandido o un delincuente, nosotros debemos protegerlo. Muchas veces evitamos que los lincharan, cuando la misma comunidad nos lo quería quitar cuando lo capturamos. Eso no puede ser. Por muy bandido o delincuente que sea, es la vida de un ser humano.