Una bandada de goleros volando en círculos concéntricos anunciaba la ubicación de un cuerpo en descomposición. En medio de una finca ubicada en la zona de El Zabalito, en Candelaria, el sol achicharraba los esqueletos de lo que alguna vez fueron dos burros.
Las aves de carroña se dieron un banquete con la carne de los jumentos que fueron despellejados el pasado martes, junto con otros cinco, por personas que las autoridades del municipio aún no han logrado identificar.
Dos veces ha sido víctima Atilio Bolívar de los ‘matarifes’. La primera fue el 11 de enero pasado cuando los hombres entraron a una finca donde estaba guardado y se lo llevaron. 'Era mi medio de transporte. Ahora me toca coger una moto que me cobra $5.000 por cada viaje', manifestó el campesino.
Para paliar su situación, un amigo le prestó a Bolívar otro burro, pero por segunda ocasión volvieron a despellejar al animal en su poder. 'Ahora no solo tengo que conseguir un burro para mí sino que tengo que pagar primero el prestado', apuntó el hombre de 56 años.
El intendente Ángel Díaz, señaló que en lo que va de este año han sido encontrados nueve burros despellejados en Candelaria, una cifra que se ha elevado comparado con 2015 donde solo se presentó un caso. Asegura que las pieles son comercializadas en un monto que ronda los 300.000 pesos, y que después son llevadas a países extranjeros, como China.
El 11 de enero fueron capturados cuatro hombres con pieles de burros y elementos para realizar el procedimiento. Sin embargó, informó el coronel Raúl Riaño, comandante de la Policía de Atlántico, que fueron dejados libres a los pocos días debido a que la autoridad judicial de Sabanalarga la que decidió no mantenerlos en la cárcel. 'Los delitos que se tipifican son hurto y abigeato, incluso hay un problema de salubridad porque se está sacrificando ganado de manera irregular, en sectores públicos sin las debidas condiciones de saneamiento, sin embargo son excarcelables, y tal vez esa laxitud permite que no haya severidad en los castigos', analizó Riaño.
Indicó el comandante de la Deata que se va a realizar un trabajo articulado con la Alcaldía y el Ejército Nacional, para activar una red de apoyos y cooperantes con la misma comunidad, conformando frentes de seguridad. 'Los habitantes también deben generar unas medidas de autoprotección, porque muchos dejan sus parcelas solas después del mediodía y ahí es donde se generan las oportunidades para el abigeato y la muerte de los burros', manifestó el coronel.
Óscar Hurtado, comandante de la segunda brigada y batallón Vergara Velasco, manifestó que en Candelaria van a hacer patrullaje 12 hombres en 6 motos para evitar que la situación se siga presentando.
Por último, sobre la teoría de que las pieles de burro se están enviando a China por su alto valor comercial, el comandante Riaño explicó que es una de las hipótesis y está siendo investigada por la Policía Judicial, junto a otras que no descartan, de lo que calificó de un acto grotesco e infrahumano.
Mientras espera que los culpables sean capturados y debidamente judicializados, Atilio Bolívar debe encontrar la manera de reponer el burro prestado y conseguir una manera más económica para movilizarse hacia su parcela.