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Cindy Castro afirma, con una mezcla de molestia y broma, que desde hace unos tres meses no tiene que ponerle sal a la sopa ni al arroz. El motivo de esto, cuenta la mujer de 25 años, es que el agua de Puerto Colombia se ha vuelto salobre, por lo que además la considera 'no apta para el consumo humano'.

La ama de casa expresa que la situación los ha llevado 'a comprar agua de tanque o en bolsa para tomarla porque el sabor es desagradable y da dolor de barriga'.

Ramón Hemer, gerente de operaciones de Triple A (empresa operadora del acueducto), explica que para evitar ese problema es necesario construir una barcaza para hacer la captación en un lugar más arriba del actual, obra que costaría unos $17.000 millones.

El motivo de la salinidad, explica el gerente de operaciones, se debe a una anormalidad conocida como cuña marina, que es consecuencia del intenso fenómeno de El Niño.

La cuña consiste en la entrada del mar al lecho del río por la poca fuerza del caudal, como actualmente se presenta en el río Magdalena por la falta de lluvias que aumenten su volumen.

Debido a esto, se genera una zona de contacto o interfaz entre el agua dulce y la salada. Por la diferencia de densidades, el líquido proveniente del mar se ubica por debajo del que baja del río. Este fenómeno afecta puntualmente la planta de Las Flores, donde está ubicada la bocatoma de Puerto Colombia y su planta potabilizadora.

Hemer indica que la nueva barcaza de captación quedaría en la zona del río aledaña a la Vía 40 con calle 76 y desde ahí iría un conducto que conectará con la bocatoma.

'El proyecto fue entregado por la Gobernación al Gobierno Nacional para que la evalúen y puedan generar los recursos para la construcción', manifiesta el ingeniero Hemer.

La secretaria de Agua Potable, Loretta Jiménez, indica que la obra es prioritaria para la administración departamental y está incluida en el Plan de Desarrollo, 'por lo que están gestionándose los recursos para llevar a cabo la obra'.

Una vez conseguido el capital, la secretaria considera que la obra estaría un año o un año y medio después.

Mientras tanto, la empresa de servicios públicos ha estado implementando un plan de contingencia, para disminuir el impacto, consistente en suministrar 160 litros de agua dulce por segundo a la estación de bombeo de Puerto Colombia para disminuir la sensación salobre del agua.

'Si al agua dulce le pones una pizca de sal, se va a sentir. Para mermar la sensación, estamos enviando 100 litros a través de una tubería que va por la Vía 40 y otros 60 por un conducto que va por la Circunvalar', apunta el ingeniero.

Por su parte, Steimer Mantilla, alcalde de Puerto Colombia, manifiesta que aunque reconoce que la situación obedece a un problema ambiental, espera que Triple A haga lo posible para mejorar el servicio y así los habitantes del municipio no se enfermen.

'Deseamos que nos envíen un mayor fluido de agua, mientras se hacen los trabajos de la bocatoma del acueducto y se amplia la planta de tratamiento', expresa Mantilla.

Por último, el mandatario manifiesta su preocupación por la situación, 'ya que los niños no están acostumbrados a tomar agua salobre y eso está llevando a que los hospitales se llenen de enfermos con diarrea, y que los hogares tengan que hacer un gasto adicional para comprar agua en bolsa'.