Tengo especial predilección por investigar los procesos mentales de las ancianas, en particular los que se asocian a la memoria y a las relaciones interpersonales.
Mis estudios han sido descriptivos, no tienen hipótesis, tampoco pretensión de publicación en anuarios científicos. El método de recolección de datos que he empleado es el de la observación analítica, con entrevistas cara a cara. Ya son aproximadamente 43 adultas mayores las que he visitado y entrevistado. El calendario dice que andan entre 85 y 102 años; como criterio de inclusión a la muestra ellas debían estar: lúcidas mentalmente, ser buenas personas y excelentes ciudadanas.
Han sido encuentros donde el paso del tiempo es imperceptible, las citas las logré en Bolognia, Barcelona, Valencia, Barranquilla, Chorrera, Usiacurí y Valledupar, lugares diversos y distantes entre sí, donde se entretejen diferencias culturales. Encontré ¡algo increíble!, que el Alzhéimer estaba atrapado entre sus cadenetas.
¿Cómo fue que ellas atraparon el Alzhéimer en sus cadenetas y evitaron que entrara a sus cabezas? Hoy voy a contarles los principales hallazgos que identifican a las sabias mujeres de cabello plateado. La atrapada fue sin intención consciente; ese mal que acaba con la memoria, al que por su raro nombre le llaman 'el alemán', quedó enredado en los tejidos que con finas y sutiles manos tejen.
Su arma principal contra el olvido es la aguja de tejer, a muchas de ellas las encontré concentradas entre puntada y puntada, y casi siempre sentadas en la mecedora que han reutilizado por generaciones, ellas se auto identifican orgullosamente como las portadoras de la memoria colectiva de la familia y del vecindario. En su cabeza no hay fragmentos o retazos de los recuerdos, hay eventos, fechas, situaciones y responsables de los hechos; pareciera que su disco duro tuviese capacidad de almacenamiento expandida, todas están dotadas de un cámara de alta resolución que registra fielmente los detalles en HD.
El método mnemotécnico de las damas tejedoras se los recomiendo. Todos podemos detener la pérdida de memoria y la indiferencia por acumular recuerdos que nutran nuestra existencia y ejercer el oficio de la ciudadanía.
¿Cómo consolidar y ejercitar la memoria? Sé paciente. Ve tras la puntada perfecta sin alterarte y sin afanes. Estas damas son de sonrisa permanente, desbaratar y volver a empezar el tejido es parte del oficio y la distracción.
Aprovisiónate. Codifica y almacena buenos y útiles recuerdos. Mis Señoras nunca quedaron varadas en su tejido porque se les olvidaran las puntadas o porque se les acabara el material a mitad de camino.
Métodos y tiempos. si eres organizado no olvidarás con facilidad la ruta y el destino de tu viaje por la vida, ojo que si lo quieres recordar lo construyes. Estas damas son meticulosas, cuando inician una colcha, mochila o carpeta se prometen que lo que empiezan lo terminarán con calidad; puntada a puntada van llevando bien sus cuentas, no son mediocres, no parten hilo ni rematan bruscamente.
Conscientes y satisfechos. Todo ciudadano comprometido con el desarrollo de su entorno sabe qué debe aportar. Mis ancianitas, como cariñosamente las recuerdo, trabajan largas horas, oyen y comentan las noticias, son constructoras y generadoras de la historia. Conscientemente se resisten al olvido, están satisfechas porque en casas se exhiben sus creaciones. Entre carpetas para charoles y mochilas se evidencia que el mal de la memoria no les ganó la batalla.
No les entrego agujas, les comparto vivencias para que colaboremos y asumamos la responsabilidad ciudadana de atrapar el olvido.