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Alba Splinter considera que su llegada a Colombia desde Cuba está marcada por el dramatismo y por situaciones complicadas: cuando su vuelo aterrizó en Bogotá el 2 de diciembre de 1992, a unos 240 kilómetros (en Medellín) era abatido por la Policía Nacional el narcotraficante Pablo Escobar, el jefe del Cartel de Medellín.

Desde entonces estuvo un tiempo en la capital, donde nació su primera hija, luego viajó a Bucaramanga y ahí tuvo un segundo hijo, y hace siete años llegó a Barranquilla.

'Yo me vine de Cuba por lo mismo que salen los colombianos a España, a Estados Unidos: buscando nuevos horizontes y una mejoría económica, cosa que no he encontrado', afirma Splinter, licenciada en cultura física y deporte.

En la tarde del lunes veía por televisión un encuentro de Barack Obama con empresarios cubanos, como parte de la agenda que adelanta el presidente estadounidense en su visita a la isla, la primera para un mandatario norteamericano en los últimos 88 años. Sin embargo, en la expresión de la licenciada hay incredulidad: una ceja levantada y una media sonrisa.

'Hasta no ver no creer — dice — pero me parece que se están dando pasos. Por ejemplo, mi hermana viajó a Estados Unidos a reunirse con su esposo. Eso antes ni soñarlo. Ser cubano era como ser colombiano, te creaba un estigma a nivel mundial'.

La reunión de Raúl Castro con su homólogo estadounidense ha suscitado expectativa entre los cubanos residentes y los exiliados.

Splinter afirma que ha recogido impresiones de sus compatriotas fuera de la isla y ha encontrado un clima de escepticismo, 'porque una cosa es lo que tratan y hablan los gobiernos, y otra es lo que se vive en el pueblo'.

Reconoce la instructora de buceo profesional que se han dado cambios 'pero en el pueblo no se ha visto realmente lo que se espera'.

'Obviamente es un proceso, no se va a ver de un día a otro. Ya el cubano puede salir, tiene un poco más de libertad. Se están dando pasos hacia el futuro', indica mientras observa a uno de sus coterráneos dirigirse a Obama.

Pedro Lay, entrenador de taekwondo residente en Miami, señala que son 'muchos cubanos los que están satisfechos con la visita', aunque afirma que lo que pueda arrojar la reunión 'es una incertidumbre'.

Lay estuvo dos años en Colombia y decidió viajar a Estados Unidos. Manifiesta que tiene confianza en lo que pueda hacer Obama porque 'ha transformado la política fracasada de Estados Unidos hacia Cuba, ha roto todas las expectativas'.

Sin embargo, señala que aún hay sectores que no ven bien la visita, 'fundamentalmente los políticos ancestrales que han vivido eternamente de ese juego político de parafernalia y palabras durante 50 y más años'.

El entrenador de boxeo René Iznaga ve la situación de una manera muy positiva por la evolución de ambos países. 'Abre muy buenas perspectivas entre ambos países, que van a ser para mejorar la isla', explica vía telefónica desde Tunja, donde se ha establecido.

Para él el cambio será de manera paulatina 'y para eso harán falta tiempo y voluntad'. Iznaga ve en el horizonte un camino complicado, sobre todo desde Estados Unidos.

'Creo que si se da un cambio de Gobierno americano es posible que el avance en los diálogos se detenga, porque los republicanos no quieren para nada a Cuba'.

Iznaga, al igual que Splinter y Lay, salieron de la isla buscando un futuro mejor e intentando huir de lo que llaman 'el régimen'. Con esta nueva apertura esperan que la economía del país se fortalezca para poder retornar a la patria que aman.

'Si me sigue yendo como me va ahora, seguro que me regreso, así sea remando', comenta de manera jocosa Splinter con Obama dando su discurso final por televisión.