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En la baldía orilla que separaba a Armando Moreno de la laguna han muerto decenas de mangles. En ese terreno, contiguo al pueblo La Isla que divide la vía Barranquilla-Ciénaga, cerca de 40 pescadores provenientes de Puebloviejo y Ciénaga solían hacer sus capturas con chinchorros y nailon. Cientos de árboles de la especie, que conformaban un boscaje de manglar, fueron talados por intereses de particulares que afectaron el hábitat de decenas de especies, la purificación del agua y la producción de los recursos pesqueros en la zona.

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EL HERALDO comprobó, a través de un análisis cartográfico de la Corporación Autónoma Regional del Magdalena (Corpamag) con información del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Invemar), que el terreno que mide cerca de 40 metros de ancho por 80 de largo, fue intervenido por lo menos en los últimos siete años y comprendía un área de mangle estable y de ganancia de la especie. Un equipo periodístico estuvo en el lugar y corroboró que la zona ha sido rellenada para parquear vehículos, especialmente de carga pesada. Hoy todavía sobrevive un segmento de manglar a un costado de la orilla.

'Yo llevo pescando aquí unos 10 años. Todo esto (el terreno) estaba cerrado de mangle y en el borde los peces llegaban a coger sombra. La pesca era buena entonces, pero hoy solo se agarra chivo. Están rellenando para parquear camiones', indicó Moreno, de párpados caídos y bronceado de faenas, mientras su brazo derecho permanecía en el aire, aguardando la primera captura del día.

La vista en este punto da con formaciones de manglar sobre el agua. Las huellas de neumáticos, al igual que algunas ramas secas de mangle y escombros permanecen a diario en el área. Allí, un criadero de peces ya no alberga ninguno. Según pescadores, dejó de funcionar hace menos de una semana por orden de los dueños del terreno. Conexo a este terreno hay otro que también fue intervenido para convertirse en parqueadero de vehículos de carga pesada, y según el análisis de Corpamag, en este solo hubo mangles en la orilla aledaña a la laguna y en la línea que divide las dos zonas.

Propietarios

Ambas áreas, después de la vía, quedan frente a una estación de gasolina y con un hotel-restaurante llamado Popeye. Su dueño, el santandereano Eduardo Rincón, es el propietario del segundo terreno y aseguró a EL HERALDO que compró la parcela hace siete años, cuando este era un basurero. Dijo que comenzó a limpiarla durante el mismo periodo.

'Era el basurero del pueblo La Isla. Afortunadamente se logró recuperar eso, echándole tierra. Ahí no había manglares. De la cerca para allá es de los dueños del hotel-restaurante Los Caciques. En ese terreno había una casa y un puerto. Era de un señor de apellido inglés, que no recuerdo. Él abandonó eso, pero eso no tenía manglares. Era agua sucia, cría de mosquitos', afirmó Rincón en la puerta de su casa, aledaña a su negocio.

Este medio visitó el jueves pasado el hotel- restaurante Los Caciques para conocer la opinión de los dueños del primer terreno, donde hubo la tala de mangles, pero una empleada informó que no se encontraban y no sabía a qué hora regresaban.

Cobertura

Alfredo Martínez, subdirector de la Corporación Autónoma Regional del Magdalena, fue consultado por EL HERALDO luego de que el equipo periodístico se percatara de la intervención de los terrenos, localizados después del peaje de Tasajera, en sentido vial Barranquilla - Santa Marta.

Este verificó y explicó la formación de mangle que había en ambos predios privados, mediante fotos satélitales de Google e información suministrada por Invemar sobre la cobertura de la especie en la zona de los últimos siete años.

Explicó que desde 2009 no ha habido mangles en el terreno de Rincón, con excepción de la orilla y la línea que la divide del predio de Los Caciques, el cual, afirmó, deberá estudiarse en campo.

'Del otro área no sé quién es el dueño. Tendremos que revisarlo. Habrá que mirarlo en campo', señaló escuetamente el subdirector al conocer el caso.

Los planes de ordenamiento territorial (POT) establecen en qué áreas se puede construir y en cuales no. La zona en ese punto de la vía, indicó Martínez, es de uso múltiple. El Ministerio de Ambiente para asegurar el uso sostenible de los ecosistemas de manglares expidió la Resolución número 1602 de 1995 y la 020 de 1996, que ordena los estudios sobre el estado de los manglares y establece restricciones de uso. Ninguna persona puede intervenir formación manglar a menos que sea una obra de interés público y tramite un permiso ambiental.

'Nadie puede intervenir mangle a menos que sea una obra de interés público. Por ejemplo, si se requiere ampliar la carretera Ciénaga – Barranquilla y para eso requieren tumbar unos mangles, solicitan el permiso y se les da. La ley no impide hacerlo, pero por supuesto se tendrá que imponer unas compensaciones. Por cada mangle son 10 que hay que sembrar', precisó Martínez.

Situación

Luisa Fernanda Espinosa, coordinadora del programa de Investigación en Calidad Ambiental Marina del Invemar, dijo que el área que comprende los dos predios intervenidos, antes de construirse la vía Barranquilla-Ciénaga, estaba cubierta de mangles, pero que dicha construcción modificó esta y otras partes de la ecorregión en la parte occidental.

La funcionaria explicó que sobre el ecosistema manglar, el instituto hace tres salidas de campo al año, una cada tres meses. La información que han recogido evidencia una pérdida de manglar en los últimos años, y en la identificación uno de los problemas que está afectando, además de la hipersalinización, es la tala.

Sustenta que desde 2013 la densidad de árboles de mangle ha disminuido debido a procesos naturales y antropogénicos (actividad humana). Que actividades como la tala en la estación de Caño Grande y problemas estructurales producidos por altos niveles de salinidad y la influencia de los vientos Alisios fuertes, en estaciones del km. 22 de la carretera, han generado el derribamiento de árboles, contribuyendo a la disminución de la densidad del bosque.

Sobre la regeneración natural, importante indicador de la capacidad de autorecuperación del sistema, Invemar señala que ha disminuido significativamente a partir del segundo semestre de 2014 por la influencia del fenómeno El Niño.

Jesús Antonio Garay Tinoco, subdirector de coordinación científica de Invemar, explicó que la restauración pasiva del mangle puede tarda entre 15 y 20 años. Por ello es preocupante que casos de tala indiscriminada se sigan dando en la Ciénaga y peor aún, queden impunes.

Autoridad

Ante la denuncia que la bióloga Sandra Villardy, coautora del libro ‘Repensando la Ciénaga Grande de Santa Marta’, hizo a través de este medio sobre el robo de una 400 hectáreas en el corregimiento de Palermo, debido a que propietarios de predios están desecando los humedales de la zona, la Gobernación del Magdalena ni la Corpamag se han pronunciado al respecto.

Ecosistema manglar

El Ministerio de Ambiente, para asegurar el uso sostenible de los ecosistemas de manglares, expidió la Resolución número 1602 de 1995 y la 020 de 1996, que ordena los estudios sobre el estado de los manglares y establece restricciones de uso. La Resolución 924 de 1997 fijó los términos de referencia para la realización de los estudios y la Resolución 257 de 1997 establece un sistema de monitoreo y control de la calidad de las aguas, flora, fauna y suelos de los ecosistemas de manglar.