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Édgar Pombo nunca conoció personalmente al fallecido narrador deportivo, Édgar Perea. No conoce de su trayectoria en el Senado, de su candidatura a la Alcaldía de Barranquilla en 2003 ni de su labor como embajador de Colombia en Sudáfrica hasta 2011.

Sin embargo, hace dos años desde que hace parte de la barra juniorista, Frente Rojiblanco Sur, dice que conoció en las tribunas del Metropolitano la labor tiburón del chocoano, 'la de un hombre que le inyectó alma al onceno barranquillero'. Su muerte, explica mientras observa como el tatuador Manuel Quiroz le inyecta tinta a su piel, fue el detonante para decidir tener el rostro del periodista en su pierna derecha, a la altura de la pantorrilla.

La imagen escogida de Perea es una de sus últimos años de vida. En ella viste lentes y un traje negro con corbata amarilla. Refleja la seriedad y la elegancia que caracterizó a ‘El Campeón’.

'Me hago el tatuaje porque a pesar de que él no era de aquí, de la Costa, amó tanto al Junior como yo. Es un ídolo para nosotros los barras, los hinchas del Junior', explicó Pombo, quien tiene más de 15 tatuajes en su cuerpo y dos piercing, uno en cada oreja.

A sus 18 años, es estudiante de segundo semestre de Diseño gráfico y también se dedica a hacer tatuajes. Al preguntarle si su nombre es en honor a 'El Campeón’, dice que no, pero que de ahora en adelante dirá que sí a la gente para extender su homenaje al narrador deportivo.

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Manuel Quiroz colorea la imagen del narrador.

De repente, Pombo suelta una leve carcajada. Lleva dos horas observando el trabajo del tatuador. No se inmuta por el posible dolor que otra persona menos experimentada podría sentir. Este es el segundo retrato que estampa en su piel. El primero fue el del cantante de salsa, Héctor Lavoe, hace dos años. La razón de porqué se lo hizo es semejante a la de esta ocasión: admiración.

En esta oportunidad su amigo y colega Manuel Quiroz quería hacer un tatuaje de Édgar Perea y él se ofreció como lienzo, una vez decidió ser nuevamente un homenaje ambulante.

Cinco horas más tarde Pombo muestra con orgullo su tatuaje completo. Édgar Perea está estampado sobre un fondo verde marino en la pierna del diseñador.

'Me siento feliz. Es una alegría difícil de expresar en palabras. Este es un sentimiento grande hacia este gran locutor', concluyó Pombo, quien –asegura– seguirá siendo el lienzo de sus ídolos.