El 15 de diciembre de 1979, el palenquero Ricardo Cardona (q.e.p.d.) defendió el título mundial supergallo contra el argentino Sergio Víctor Palma, en el coliseo cubierto Humberto Perea. La primera pelea por título mundial que se disputó en la ciudad y la novena del país. En aquella oportunidad los medios registraron una velada 'excelente', amenizada horas antes con salsa de un picó que pretendía convertir al Perea en una plaza de baile.
Esa noche de gloria hizo parte de la época dorada de la estructura que hoy es demolida a pedazos para dar paso a su total destrucción con explosivos controlados, y que hacen parte de las obras de los XXIII Juegos Centroamericanos y del Caribe 2018.
El alcalde de Barranquilla, Alejandro Char, y el secretario de Deporte Distrital, Joao Herrera, confirmaron ayer, en rueda de prensa, que la implosión del escenario deportivo se realizará la última semana de junio.
Rogelio Gómez y Hernando Vásquez, gerentes de las empresas encargadas de la demolición, Atila Demoliciones y Explotarcol Ltda., respectivamente, explicaron que el proceso de implosión consistirá en 34 explosiones controladas en diversos puntos de la estructura.
Trabajadores taladran un muro del Humberto Perea.
'El proceso de demolición comenzó, pero la remoción de escombros no. (...) Lo más probable es que la implosión se realice el domingo 29 de junio', dijo Vásquez a EL HERALDO.
Según los ingenieros, primero se realizará la eliminación mecánica del voladizo que da hacia las universidades porque podrían ocasionar daños al caer. Se establecerá un cerramiento y andamios para que obreros puedan hacer cortes en la parte de arriba, y se instalarán equipos de grúas que cortarán y desarmarán todo el material de esa zona.
Todo el proceso de demolición mecánico y de implosión tiene un costo aproximado a los $800 millones. El diseño del nuevo escenario asciende a los $900 millones, según dijo Herrera y para su construcción necesitará una inversión de $18 mil millones.
María Esperanza Rodríguez, representante del consorcio Estudios y Diseños del Caribe, encargado del diseño del nuevo Humberto Perea, afirmó que se tratará de un ‘palacio de combate’, para deportes como taekwondo y boxeo, pero también para disciplinas deportivas como el ping pong.
'Estamos estudiando el aforo final, pero pensamos de momento entre tres mil y cinco mil espectadores, pero todavía no puedo decir una cifra concreta', dijo. El Humberto Perea tenía capacidad para unos 15 mil espectadores cuando se llenaba la plaza, así como aquella noche en la que Cardona aguantó una andana de golpes de Palma y le dedicó el triunfo mundialista a su madre Micaela, quien nunca iba a los combates, ni los escucha por radio para no conocer el sufrir de su hijo en la lona.
'La noticia hoy primero es la selección de esta firma que tiene toda la experiencia (...) Estamos rodeados de los mejores profesionales del país, de la mejor ingeniería del país para hacerlo fácil. Aquí vendremos a hundir el botón para hacer la implosión', afirmó el alcalde Alejandro Char.
Los diseños definitivos serán entregados en cinco meses. Según Rodríguez, la idea es que una vez finalice la demolición, comience el estudio de suelos.
En los alrededores del coliseo, EL HERALDO consultó a varios estudiantes y comerciantes para conocer su opinión sobre la obra. De 10 consultados, solo uno estuvo en desacuerdo.
'No estoy de acuerdo porque es un patrimonio cultural y había que restaurarlo como fuese', afirmó Alejandro Serpa, comerciante que lleva más de 20 años en la zona.
Máquina recoge escombros en la fachada del coliseo.
El escenario
El coliseo cubierto fue construido en el Parque 11 de Noviembre para los VI Juegos Bolivarianos de 1961 y fue bautizado con el nombre de Humberto Perea, en homenaje al atleta barranquillero, campeón nacional de los 100 metros planos y campeón en tiro de la jabalina. Sirvió como sede de varias ediciones del Festival de Orquestas y Acordeones del Carnaval, de espectáculos circenses y otros eventos. A finales de los 90 se dejaron de hacer veladas boxísticas en el Humberto Perea y desde el 4 de junio de 2008 fue cerrado.