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El diario La Opinión, de Cúcuta, publicó el pasado martes una editorial en apoyo al director de EL HERALDO, Marco Schwartz Rodacki, por el incidente de desacato que se adelanta en su contra. A continuación, apartes de la editorial:

'No es la libertad del periodista Marco Schwartz Rodacki lo que realmente está en juego en el lío jurídico que enfrentan al diario barranquillero El Heraldo y a los magistrados del Tribunal Superior de Barranquilla Julio Ojito Palma y Eliécer Cabrera Jiménez. Tampoco lo están los derechos —satisfechos hasta la saciedad e incluso más allá del mandato de la ley—, de los dos magistrados, a quienes la Fiscalía dijo investigar por extralimitarse en un fallo, es decir, por abusar de su condición de jueces, como lo han demostrado posteriormente en el caso, que tiene a Schwartz a las puertas de la cárcel. Ni están en juego la credibilidad de los periódicos o la integridad profesional de los periodistas. Lo que enfrenta un grave peligro es la posibilidad de una sociedad libre en la que todos podamos expresarnos e informarnos como nos plazca, amparados en normas constitucionales profundas y no amedrentados por fallos amañados y abusivos de los jueces, aunque sean los de más alto nivel. La situación es claramente injusta: el diario actuó en derecho, pero los magistrados formularon la tutela, que fallan sus subordinados y revisan otros magistrados, es decir, sus compañeros de sala plena. ¿Habrá, así, manera de que la justicia favorezca al periodista o al diario? Casi imposible. El periodista podrá ir a la cárcel, esperemos que no, pero el afán protagónico de algunos jueces y ese tufo de venalidad, corrupción e impunidad que rodea a la justicia colombiana seguirá creciendo mientras haya Ojitos y Cabreras que pueden seguir abusando a su antojo. La de ellos es una intromisión abusiva en un terreno que jamás será suyo, el de la libertad de prensa y el de la libertad de información. Ellos deben enterarse de que la libertad de expresión está en la base misma de la democracia, y que cercenarlo, como lo pretenden, los hace enemigos de la sociedad. Mientras más libertad de expresión, más democracia. Pero, también, mientras más injerencia ilegal de los jueces haya en campos donde no caben, más injusticia, más venalidad, más corrupción…'.