Para transportar desde Pitalito (Huila) a Barranquilla 10 toneladas de tomates de cocina, unas 400 cajas, Carlos Ariza tarda hoy tres días más de lo que podía demorar en su travesía sin el paro camionero –normalmente tardaría 24 horas–. Debe pasar por trochas para esquivar las manifestaciones y gastar más de 1 millón 300 mil pesos por viaje.
'¡Por fin, casi no llego!', fueron sus primeras palabras al parquear el tan esperado camión en la Gran Central de Abastos del Caribe (Granabastos).
'Todo esto también encarece el producto', dice tajantemente, mientras busca un lugar para reposarse.
En cuestión de minutos los ‘coteros’ descargan el camión. En sus pronósticos los tomates, que han aumentado más del 100% en su precio, con respecto al mes de julio del año pasado, se venderán 'como pan caliente'.
'Los alimentos están carísimos, pero la plata no se come', es la explicación de Rafael Luna, quien intenta ver con humor la situación actual de la canasta familiar, en la que el grupo de alimentos es uno de los que más aporta a la variación anual del Índice de Precio al Consumidor, IPC, con 2,45 puntos porcentuales de la cifra total. Es decir que el alza de algunos alimentos es uno de los factores más influyentes en el gasto del consumo final promedio de los hogares, según informó el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane).
Mientras camioneros como Ariza esquivan el paro, los consumidores hacen ‘magia’ a la hora de mercar para evitar lamentos porque, como dice la popular canción 'la plata no alcanza (...)'.
EL HERALDO se dio la tarea de hacer un mercado básico con una lista de 20 de los alimentos que integran la canasta familiar y que de acuerdo con usuarios de la red social Facebook 'no pueden faltar' en el carro de compras. (Ver infografía)
Papa y ajo, los de mayor variación en barranquilla. Como lo informó este diario, en julio, en el área metropolitana de Barranquilla, los productos que más han aumentado por libra son la papa en 200%, el ajo 133%, el tomate 122% y la zanahoria 86%, en comparación con el mismo mes del año pasado, de acuerdo con estadísticas de Granabasto, que vende al por mayor (bultos) 20% más económico con respecto al menudeo (libras).
En la central ubicada en Soledad, Marlene Flórez busca escoger los mejores alimentos para su compra ‘extra’ del mes. 'Rendimiento y ahorro' son los factores que más tiene en cuenta a la hora de mercar; una 'tarea muy dura', dice.
'Me ha tocado reemplazar el jugo de frutas naturales por sobres artificiales. Es que muchas frutas están por las nubes', manifiesta. El año pasado, cuenta, le alcanzaba un presupuesto de $150.000 para su compra mensual, con la que comen cuatro personas en su casa, pero ahora puede desembolsar cerca de $200.000 y a veces debe regresar por más.
En el grupo de frutas, el banano, la manzana roja importada, la maracuyá y la granadilla fueron las que mayor aumento tuvieron a nivel nacional, de mayo a junio.
En el país, los alimentos que más han variado en su precio en este mismo período son tomate, cebolla, tomate de árbol, zanahoria y carne de res, según el más reciente reporte del Dane. Por su parte, bajaron sus precios la mora de castilla, la guayaba pera, el aguacate y el limón.
Cebolla, la más encarecida de junio en el país. De acuerdo con el informe más reciente del Sistema de Información de Precios y Abastecimiento del Sector Agropecuario (Sipsa), en el grupo de verduras, en Barranquilla, la cebolla blanca fue la que más incrementó su precio en junio, puesto que el kilo se negoció a $3.355, un 16,49% más que en mayo. Lo anterior obedece a la disminución en el volumen de las cosechas en Sogamoso, Chiquinquirá, Tunja y Sáchica (Boyacá) y en Cundinamarca.
'Además de eso, la poca cebolla que se ha producido no se puede transportar por el tema del paro', explica Rafael Mejía, presidente de Sociedad Colombiana de Agricultores, Sac.
De otra parte, los alimentos que constituyen el listado de los que más suben en Barranquilla son el tomate chonto y el riogrande y el pepino cohombro. En el grupo de las frutas se resaltan el banano, la maracuyá, la granadilla y el zapote; en tubérculos, el plátano hartón verde, el ñame diamante y otros alimentos como arveja verde seca importada y la zaragoza.
Los que más bajan, por el contrario, son la lechuga batavia, la remolacha y el pimentón; frutas como la mandarina y la guayaba; y otros tales como el queso costeño y la mojarra lora entera congelada.
Tres grandes impulsores del alza
El golpe que han sentido los consumidores en su bolsillo obedece a una sumatoria de eventos que aportan al alza de los alimentos, principalmente el cambio climático, la devaluación de la moneda colombiana con respecto al dólar y últimamente el paro camionero.
En 2015 el país produjo alrededor de 32 millones de toneladas de alimentos, exportó 4 millones trescientas mil toneladas e importó 11,4 millones de toneladas. En 2016, de enero a mayo se ha exportado una cantidad similar al año pasado, pero de enero a abril, se ha importado 4 millones 900 mil toneladas, es decir un 24% más en comparación al mismo período del año pasado, según cifras de la Sac.
'Si creen que la solución es importar, es terrible. Estamos importando más de lo que exportamos y es muy negativo', señala Mejía.
Los efectos de los fenómenos de El Niño, que genera sequía, y La Niña, en aproximación y que produce más lluvias de lo normal, incrementan los costos de la producción agrícola a nivel nacional, especialmente en la Región Caribe. En un país con vocación de cultivo en 42 millones de hectáreas, se están utilizando solo 7 millones 100 mil.
'Aumenta el costo de riego de cultivo, de energía, y de controles de aplicación de plaga, sobre todo en el Caribe seco (Sucre, Bolívar, Atlántico, Cesar norte, Guajira)', cuenta Henry Vanegas, presidente de la Federación Nacional de Cerealistas, Fenalce.
Los altos precios del dólar, por su parte, impactan directamente en el alza de precios de los bienes importados, lo que se traduce en aumento de la inflación y por lo que el bolsillo del consumidor colombiano se reciente. La inflación entre enero y junio de 2016 fue de 5,10%, mientras que en el primer semestre del año pasado, la variación fue de 3,33%, fenómeno que aumenta el costo de vida de la familia colombiana e impacta la dinámica económica del país.
'Los aceites que utilizamos para las mayonesas y las salsas en general en Colombia son importadas porque deben ser de soya, de maíz, y estos productos han aumentado por el dólar; los huevos también aumentan, el azúcar nos cuesta un 70% más y todo eso suma a la producción, que está por encima de la inflación', cuenta Joseph Daccarett, gerente de Frigorífico de la Costa.
En el caso del paro camionero, que lleva más de 30 días, 'el aumento del precio de fletes y el represamiento del transporte están encareciendo la canasta alimenticia en Colombia', explica Gleirys Amaya, economista investigadora de la Universidad del Norte. Diariamente se dejan de movilizar 377.000 toneladas de mercancías.
Con esta situación, el esfuerzo de producir 'se empieza a dañar porque no hay cómo transportar', indica Mejía. 'Las primeras cosechas se perdieron porque los agricultores no podían vender sin transporte. Uno veía cómo había que botar la papa, por ejemplo', afirma el dirigente gremial.
¿Hay especulación?
Obtener beneficios económicos a partir de las variaciones de precios en el tiempo es uno de los fenómenos financieros producto del aumento prolongado de algunos alimentos. Así lo reconocen expertos en el tema, quienes califican de 'especulativos' a gran parte de intermediarios en las centrales de abasto.
'Son muchos quienes se aprovechan de la percepción del paro agrario para situar los alimentos al alza. Pero, por ejemplo, los cereales no deberían tener esa reacción porque estamos estables', asegura Vanegas.
En las grandes industrias, por el contrario, 'es complicadísimo porque no puedes tomar decisiones si tu competidor tiene precios más estables', explica el analista económico Daccarett. 'Por eso –agrega– en las centrales, donde los precios fluctúan todas la semanas, se especula'. Como si fueran poco la sequía, el dólar alto y el paro camionero.
¿Qué productos y servicios la integran?
La canasta familiar es un conjunto de bienes y servicios que adquiere una familia habitualmente para sostenerse y a los cuales les hacen seguimiento continúo. Su clasificación está determinada por ocho grupos, 34 subgrupos, 79 clases, y 176 gastos básicos distribuidos. En los grupos se encuentran los alimentos, la vivienda, el vestuario, la salud, la educación; cultura, diversión y esparcimiento; el transporte y las comunicaciones y otros gastos varios, como el consumo de bebidas alcohólicas y de cigarrillos, el uso de artículos para el aseo y cuidado personal y la adquisición de joyería. de acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane. Esta entidad define que cerca de 423 productos integran la canasta, aunque muchos de ellos son variaciones de los mismos. (Ver infografía)
Para llenarla se aplican criterios económicos y estadísticos que aseguren artículos con mayor peso, demanda y participación. de gasto en los hogares colombianos. Además, se tienen en cuenta características propias tales como que 'el gasto en los artículos resulte de una transacción de mercado y que tengan 'especificaciones para seguimiento de precios'.
Los alimentos se dividen por cereales y productos de panadería, tubérculos y plátanos, hortalizas y legumbres, frutas, carnes y derivados de la carne, pescados y otras de mar, lácteos, grasas y huevos, alimentos varios y comidas fuera del hogar.
En vivienda se tienen en cuenta los gastos de combustibles y servicios públicos domiciliarios, muebles del hogar, aparatos domésticos, entre otros, explica el Dane.
Servicios del vestuario y del calzado componen el grupo de vestuario, mientras que los servicios profesionales, productos farmacéuticos, gastos de aseguramiento privado en salud conforman la salud.
En la educación se encuentra la instrucción o enseñanza, los artículos escolares y, en el grupo de cultura, hacen parte los aparatos y o servicios para la diversión y el esparcimiento, aficiones, distracciones y esparcimiento.
El grupo de transporte, por su parte, está constituido por el transporte personal, público, y las comunicaciones.