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'A mí me gusta bailar y lo seguiré haciendo hasta que el cuerpo me lo permita', dice Gloria Ramírez, una de los 2.000 adultos mayores que celebraron su día en el estadio Elías Chegwin.

En la jornada, organizada por las secretarías de Salud y Gestión Social del Distrito, en asocio con otras entidades, se realizaron rutinas de baile y gimnasia aeróbica.

Ramírez se recoge su cabello blanco con un cintillo debido al fuerte calor que se siente en el recinto. Se seca el sudor de la frente y comenta: 'Tengo 80 años, pero me gusta bailar. Los doctores me recomiendan que me calme un poquito, pero si no lo hago, me aburro'. Al lado de ella está su 'compinche' Carmen Sierra, que la desmiente diciendo que en realidad tiene 86 años. 'Yo no tengo que esconder mi edad. Estas arrugas son pura sabiduría', responde Ramírez picándole el ojo a su amiga.

Junto a su grupo del barrio Alboraya, donde queda uno de los 22 centros de vida de la ciudad, harán una coreografía. Todos visten camisetas de la selección Colombia y sudadera azul. Uniformados y con pompones, están listos para realizar su presentación, que prepararon durante todo el año.

El calor se calma y una brisa fría empieza a refrescar a los asistentes que se ventilaban el rostro con abanicos improvisados. El recinto se oscurece y las miradas preocupadas observan el cielo esperando que no lloviera ¡Ojala no llueva!, ¡Yo bailo así sea en una piscina!, se escucha en las gradas.

El grupo de Gloria espera su turno para presentarse. Las mujeres retocan sus labios de color violeta y observan cómo los 30 grupos formados por adultos mayores, provenientes de distintos sectores de la ciudad, muestran sus coreografías al compás de salsa, cumbia, electrónica y hasta reggaetón.

'Mi mamá era santandereana y mi papá del Tolima, tengo sangre cachaca, pero bailo como costeña', dice mientras agita sus pompones con los que acompañará el baile.

Paralelo a la fiesta que se vive dentro del coliseo, se realiza la Feria de la Productividad, donde fundaciones y asociaciones de la tercera edad venden sus productos elaborados por artesanos del departamento.

Tila Marina Nuchi tiene una venta de productos agroindustriales que junto a su esposo producen en una 'finquita' en Ponedera. 'Esperamos que nuestros hijos crecieran y nos fuimos para el monte. Allá tenemos nuestra hortaliza que nos da de comer y preparar curtidos de jalapeño, pasta de ajo, salsa agridulce y otras cosas para vender', dice Tila Nuchi. Explica que ya comenzó su proceso de distribución en el municipio. 'Los vendo en la tienda y en unos puestos de servicio'.

De vuelta al coliseo. Es el turno para la presentación del grupo de Gloria. Sus compañeros se levantan mientras el instructor les recuerda los pasos de la coreografía, 'ya saben, bien ordenados', indica quien las dirige.

La doblada espalda de Gloria por sus más de 20 años planchando ropa trata de erguirse para estar en la postura inicial. La música suena y sus pies, lentos pero seguros, llevan el ritmo a su manera. De su cara brota una sonrisa. Se suelta su cabellera blanca y levantando los brazos baila, ríe, anima y goza, porque está haciendo lo que la hace sentir viva: bailar.

Su coreografía le mereció un trofeo, lo mismo que a los otros grupos que participaron de la Gimnasiada realizada para celebrar la Semana del Adulto Mayor.

Alma Solano, secretaria de Salud, dijo que el evento es un reconocimiento a todos esos adultos mayores que les gusta la vida saludable.