De los 1.495 kilómetros de vías que hay en Barranquilla (arterias, semi-arterias, colectoras y secundarias) alrededor de 23 kilómetros, que equivalen a unos 213.218 metros cuadrados, fueron concesionadas por el Distrito el 27 de marzo de 2000 a la Malla Vial, integrada en ese momento por Agrecon, Castro & Tcherassi, Construcciones e Inversiones Beta y Gercon, por un término de 20 años. En el contrato solo se incluyeron 19 vías.
El 18% de las vías arterias fue concesionado con una inversión de 41.475 millones de pesos constantes a diciembre de 1999, recursos provenientes de la sobretasa a la gasolina. Desde sus inicios el contrato fue cuestionado e incluso algunos críticos dijeron que se trataba de unas de las concesiones más 'onerosas'.
La primera modificación se hizo en agosto de 2003, durante el gobierno de Humberto Caiafa. En ese momento, el Otrosí No. 4 estableció que los recursos adicionales que se recibieron por cuenta del incremento en la tarifa de la sobretasa se destinarían al Transmetro. El Gobierno Nacional subió la tarifa del 15 al 18,5%.
Cuatro años después, en octubre de 2007, en el gobierno de Guillermo Hoenigsberg, se firmó el Otrosí No. 5 para incluir unas obras adicionales, porque la rentabilidad subió al bajar las tasas de interés. Fueron 42 tramos viales que se recuperaron por un valor de 2.603 millones de pesos.
Esas obras se ejecutaron en los seis meses siguientes a la modificación del contrato. Vea también: Infografía: Obras realizadas por Malla Vial
Nuevas vías
En su primera administración, el alcalde Alejandro Char comenzó a revisar las concesiones y liquidó la de Métodos y Sistemas, que cobraba los impuestos; Data Tools y Cubisa, en Metrotránsito. En su momento estos contratos fueron considerados 'leoninos' por el mandatario.
A la Malla Vial le hicieron varias modificaciones, como la obligación de pavimentar otras vías sin modificar el valor inicial del contrato.
Entre esas vías están la carrera 8 entre calles 76 y 87; la calle 87 entre carreras 8 y 27 y la calle 82 entre carreras 74 y Vía 40, que sumaron cuatro kilómetros a las ejecutadas inicialmente; igualmente, en reemplazo de la no ejecución del mantenimiento a la calle 45 (Murillo) por su prematura demolición para darle paso a una nueva vía con especificaciones para Transmetro, se hicieron 8.000 m2 de reparcheos en otras vías, entre ellas la calle 72.
No se renueva
Según cálculos del Distrito, la concesión va a terminar dos años antes de lo establecido en el contrato. Esta fue pactada a 20 años o hasta cuando se recaudara el ingreso esperado de 237.500 millones de pesos.
'A pesos corrientes, nos faltan entre 25.000 y 30.000 millones que se van a surtir en lo que falta de este año', dijo el Gerente de Desarrollo de Ciudad, Jaime Pumarejo, al insistir en que estiman por ello que la concesión termine a mediados de 2018, pues el alcalde Char anunció, recientemente, que tampoco renovará esta concesión.
Según el mandatario, hoy el ingreso esperado es lo suficiente 'para poder decir que con esa misma tasa podemos financiar casi 300.000 millones de pesos en obras'. El alcalde explicó que cuentan con la fortaleza institucional para tener un contrato de mantenimiento de vías anual. Para ello, las secretarías de Movilidad e Infraestructura definirán el plan de vías que se repararán.
Por eso, el Distrito proyecta invertir en el próximos cuatrienio alrededor de 740.000 millones de pesos en infraestructura vial y peatonal. De estos recursos, explica Char, 300.000 millones serán de sobretasa a la gasolina y 280.000 millones de la tasa de alumbrado público para redes y luminarias y 160.000 millones de ingresos corrientes (Presupuesto del Distrito y de otras fuentes).
Pumarejo explica que al no continuar con la Malla Vial 'la plata se verá porque el Distrito ya no estará pagando deudas y la sobretasa ha crecido'. Además, la Alcaldía se aparta de la estrategia en la que el privado construye, mantiene y recibe una remuneración por el riesgo del mantenimiento.
El contrato
Al referirse a la forma como se realizó esta concesión, hoy a cargo de la Unión de Contratistas Viales, Uniconvial S.A., conformada por Valorcon; Maquinaria Ingeniería y Construcciones, Mapeco; Construcciones e Inversiones Beta; Construcorp; T.B.G.; I.V.V.; Inversiones y Construcciones del Caribe e Inversiones y Construcciones del Litoral, Pumarejo dijo que si bien no entra a hacer juicios de valores, cree que la poca inversión se debió a las deudas por 27.000 millones del Distrito y el Área Metropolitana que le tocó pagar al concesionario.
En la época en que se firmó el contrato se estableció que la fuente de financiación era el 100% de los ingresos por la sobretasa a la gasolina, lo cual fue modificado posteriormente. Entonces, se determinó que el 81,08% de lo recaudado iba a parar a la concesión y el 18,92% restante para el Sistema de Transporte Masivo, Transmetro.
Según datos del Distrito, el recaudo de la sobretasa ha ido en aumento. Comenzó en 2000 con 12.200 millones de pesos. Durante los siguientes cinco años no hubo mayor información sobre los ingresos, y en 2007 subió a 19.000 millones. En las vigencias siguientes el recaudo se mantuvo muy similar y se disparó en 2014 cuando pasó a 26.412 millones. En 2015 llegó a 31.213 millones de pesos.
Desde que se inició la concesión hasta 2015 se han recaudado 330.000 millones de pesos, aproximadamente.
Habla la concesión
El gerente de Uniconvial, Luis Eduardo Barrios, defiende lo ejecutado y coincide con Pumarejo en que el pago de la deuda por 27.000 millones más intereses, lo que representó más de 43.000 millones de pesos, afectó la inversión en vías. Además, dice que tuvieron que constituir un fideicomiso y conformar un patrimonio autónomo, indemnizar a terceros por perjuicios durante el contrato y ejecutar obras de drenaje en las vías para garantizar su durabilidad en el tiempo.
Las obras, de acuerdo con el contrato, se ejecutaron en los primeros 48 meses, y las demás obligaciones se cumplieron en los cinco años siguientes a la firma del convenio.
Sobre la fecha de terminación, Barrios explicó que el contrato de concesión GPI-CON-001/2000 es por 'Ingreso esperado' por un término de duración de 20 años, comprendidos a partir de la fecha de su perfeccionamiento y legalización. Aclaró que el contrato establece que si antes de vencer este término el concesionario recuperaba la totalidad del valor del ingreso esperado establecido en la propuesta, se daría por terminado y las obras revertirían al Distrito.
Señaló que la concesión no cobra por la administración del contrato y que el mismo comprende el diseño, construcción, rehabilitación y mantenimiento de las vías pactadas. 'La etapa de mantenimiento se inició en agosto de 2004 y a la fecha continuamos ejecutándolo en estas vías', señaló.
Rafael Lafont, secretario de Infraestructura del Distrito destacó que el Alcalde, al tomar la decisión de no renovar la concesión, quiere que la 'rentabilidad sea para la ciudad'. Por ello busca hacer obras públicas con la sobretasa y dejar un sistema de mantenimiento planificado para los próximos 20 años.
El plan de obras públicas
Análisis: Jairo Parada
El anuncio por parte del Distrito de que no se van a renovar las concesiones onerosas de malla vial y alumbrado público son positivos, y todos esperamos que no se reemplacen por 'empresas mixtas' que escondan nuevos 'empresarios' rentísticos que abundan en nuestro entorno.
Sin embargo, el anuncio de un plan de obras públicas de $700.000 millones por cuatro años ($187.500 millones por año) debe examinarse con cautela, pues debemos estar seguros de que los recursos 'liberados' alcanzan para tal propósito, pues cada día el Distrito anuncia compromisos de gastos que se financian mágicamente y que huelen a vigencias futuras con cargo a estos recursos liberados.
Debería hacerse un presupuesto anual con los recursos que queden libren en estos años, y hacer las obras que se puedan, sin raspar la olla del futuro. Ojalá no nos vengan con crédito bancario financiado con esos recursos del futuro, convirtiéndose así con otra pignoración mas de nuestros impuestos futuros.
Jairo Parada Corrales es Economista, PhD. twitter: @jparadacor