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Las playas de Caño Dulce, en Tubará, están ‘achocolatadas’, dicen sus habitantes. Las intensas lluvias de estos días, generadas por el coletazo del huracán 'Matthew', mojaron y destruyeron 120 de las casetas para turistas que estaban en la orilla del mar, y colorearon de café sus aguas.

Entre el mar, están las palmas de las chozas caídas. Jaime González, un casetero de 71 años, recoge los restos de lo que quedó. De las 32 casetas que tenía, 14 fueron arrastradas por los fuertes aguaceros del pasado fin de semana.

'Sentimos en la noche del domingo el golpe de la marea y luego (ayer) encontramos esto vuelto nada, es plata perdida', contó González, heredero del negocio de su papá.

Maderada invade las playas luego de las intensas lluvias del fin de semana.

A pocos metros, Iván Jiménez, uno sus vecinos intenta limpiar la playa de la maderada. De sus ocho casetas caídas, aún tiene dos sumergidas en el agua.

'Así es la naturaleza, ahora no tendremos ninguna ganancia este fin de semana. Se perdieron los kioskos, la madera y las palmas. Cada uno de estos nos cuestan $200.000', relata Jiménez, mientras levanta algunos techos de casetas.

Afirman que la incidencia de Matthew provocó que el mar alcanzara un nivel de 12 metros más de lo normal. Según sus cuentas, necesitarían de 15 a 20 días para que 'todo se componga y vuelva a la normalidad'.

No hay ningún turista en la zona, y tal vez tampoco nadie se atreva a acercarse. Caño Dulce, balneario del Atlántico, vive del turismo y por eso, desde ayer, sus habitantes trabajan en recuperarlo.

'Pronto vendrá diciembre y esperemos que esto quede bien bonito. Después de la tormenta viene la calma', es la esperanza de Jiménez.

Daños en otros municipios

Tubará no es el único municipio afectado por el coletazo del huracán ‘Matthew’. En Luruaco, los torrenciales aguaceros dejaron a 300 familias damnificadas por inundaciones con un nivel de 1,20 metros, tal como lo reveló EL HERALDO.

Mientras tanto, en San Juan de Tocagua, uno de sus corregimientos, se presentó deslizamiento de tierra de una ladera, lo que provocó que 5 familias se vieran obligadas a evacuar.

Ante la situación, el subsecretario de Prevención y Atención de Desastres, Édinson Palma, aseguró que trabajan para ejecutar las obras de emergencia, cuyos trabajos implican la intervención de los arroyos Limón, Negro y El Encanto en Luruaco, que se desbordaron por las lluvias de la noche del sábado y la mañana del domingo.

'Tenemos que limpiar el cauce de los arroyos y quitar los sedimentos porque el cauce no puede desviarse. Estamos en esa labor para iniciar prontamente', explicó Palma.

Con un panorama similar se encuentra el municipio de Repelón, en donde Prevención y Desastres reportó 30 viviendas afectadas por lluvias. En Baranoa, cerca de 6 hogares se vieron perjudicados, en Usiacurí 3, Tubará y Ponedera 1 y en el corregimiento de Puerto Giraldo, jurisdicción también de Ponedera, un total de 20 viviendas.