'Mi única preocupación, si yo muero en tierra ajena, les pido por compasión me lleven para mi tierra… ¡y ahí me dejan!'.
La frase corresponde a una estrofa de Si yo muero, una cumbia entonada por la cálida y potente voz de Nelson Pinedo, con evocaciones de la música del caribe colombiano, y con un mensaje premonitorio, que suena más vivo hoy que nunca: en lugar de llanto quiere vivir la eternidad en su Barranquilla del alma.
El tema fue desempolvado en los últimos días por coleccionistas locales de música de antaño a raíz de la muerte de este vocalista barranquillero que fue el único colombiano que cantó con la famosa orquesta cubana Sonora Matancera (entre 1953 y 1958), conocido como el Almirante del Ritmo. Para Augusto Sosa, dedicado a recopilar temas de colección –con canal en Youtube–, la obra de Pinedo fue particularmente importante para el país porque lo representó con lujo en el escenario internacional del momento.
El locutor y empresario Ley Martín, experto en salsa, afirmó con convicción que el también llamado Pollo barranquillero es el más importante artista de la música tropical y romántica que ha tenido Colombia.
'Cuando llega (Pinedo) a Cuba, con una revista flamenca de la que él era el cantante, se conoce con Rogelio Martínez, director de la Sonora Matancera, y luego pasa una audición y entra a esa orquesta; nada más y nada menos que a remplazar a Daniel Santos. Pero le dice a Rogelio que lo va hacer con una condición. Este se molesta en principio pensando que se trataba de algo económico, pero Nelson le dice que lo que quiere es cantar música de los compositores de su país para que los conozcan', rememora.
Es así como llevó a Cuba temas como El vaquero, de José Benito Barros; El ermitaño, de Rafael Escalona; Me voy pa’ La Habana, de José María Peñaranda (cuyo título original es Me voy pa’ Cataca), y muchos más, con éxito total.
El director del Grupo de Estudios Interdisciplinarios sobre el Caribe, de la Universidad Simón Bolívar, Jairo Solano Alonso, sostuvo que 'el equipaje del ‘embajador Pinedo’, tenía muchas más creaciones del venero popular de nuestro Caribe entre los que destaco El mochilón, de Efraín Orozco, y El gavilán, de Crescencio Salcedo. Hasta bambucos llevó Nelson a La Habana como el hermoso Bésame morenita, al cual le dio un ropaje caribeño excepcional, como lo hizo con muchos más temas tropicales originarios de Colombia'.
Destacó también que el vocalista se desenvolvía con facilidad en los distintos ritmos y formatos orquestales al punto que propició verdaderas fusiones rítmicas entre la música del caribe de Colombia y los propios de la Gran Cuenca. 'Es así –apunta– como fue llamado por el célebre Cortijo y su combo de Puerto Rico en el pináculo de su fama con quienes grabó en 1956 Invites to Dance with Cortijo, en ritmo de bomba y plena'.
En una entrevista que le concedió en 2005 al investigador cultural Rafael Bassi Labarrera, y que fue publicada en la edición del pasado 30 de octubre de la revista Latitud, de EL HERALDO, el Pollo barranquillero resumió, justamente, lo que significaba cantar en Cuba en esa época: 'Yo no tenía en mente ir a Cuba, eso era para mí algo inalcanzable, entonces era La Meca del mundo hispanohablante. Todos los artistas latinoamericanos tenían que refrendar su prestigio en La Habana. Era el epicentro del mundo artístico hispano. Y como las ocasiones hay que agarrarlas al vuelo…'.
Tal como lo cantó, las cenizas de Pinedo reposarán en su tierra, en la iglesia de San Roque, muy cerca de su barrio Rebolo, del que siempre dijo sentirse muy orgulloso. Según Ley Martin, quien junto a los hermanos Ricardo y Saúl Campanella estuvo promoviendo el retorno del cantante cuando trascendió que se encontraba muy enfermo en Valencia, Venezuela, los restos estarán en Barranquilla este 21 de noviembre.
'Hemos unido esfuerzos con los hermanos Campanella para traer sus cenizas y para darle a su viuda no un regalo sino lo que se merece Nelson por todo lo que nos dio. Con la ministra de vivienda, Elsa Noguera, se está gestionando la entrega de una casa a su viuda quien estaría radicándose acá. En esta labor ha estado prestando todo su apoyo el alcalde Alejandro Char y el gobernador Eduardo Verano', sostuvo Martin.
Napoleón Nelson Pinedo Fedullo o Nelson Pinedo, como se hizo llamar en el mundo artístico, murió el 27 de octubre pasado a los 88 años por los efectos de un accidente cerebrovascular. Su legado es amplio y perenne, así como indiscutible es su trascendencia en el ámbito musical colombiano.
'Yo no quiero llanto, yo no quiero flores, lo que quiero es cumbia, con todos alegres bailando y cantando con muchos tambores… ¡Y aquí queda eso!', cantó en tono feliz al final de Si yo muero.