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Cuando faltan cinco pa’ las doce, como dice un popular pasaje llanero, quienes esperan el Año Nuevo se acostumbraron a salir corriendo (para abrazar a su mamá), elevar copas de vino, gritar '¡Feliz Año!' y demás tradiciones y agüeros, mientras suenan los ‘pitos’.

El origen de ese sonido, por lo menos en Barranquilla y especialmente en el suroccidente de la ciudad, se origina desde las instalaciones de la reconocida Cervecería Bavaria (antes Águila), ubicada en ese sector.

De acuerdo con un grupo de trabajadores, se trata de tres calderas que generan vapor en la industria con el fin de calentar fluidos. Funcionan a través de la transferencia de calor a presión y en este proceso, se produce el sonido que en la ciudad se reconoce como ‘los pitos’.

Algunos funcionarios, sin embargo, negaron que estas prácticas se realicen ahora 'en cumplimiento a un lineamiento de la compañía' que las suspendió hace unos diez años.

Pese a esto, el origen de los populares pitos de Año Nuevo no es ningún misterio para los vecinos del sector, quienes insisten que no han dejado de anunciar el nuevo año, en ningún año.

En diálogo con EL HERALDO los mismos funcionarios informaron que además, 'este año los pitos no serán sonados'.

En las áreas aledañas, sin embargo, los barranquilleros los esperan. Daniel Julio, de 23 años, dice que creció con los pitos del 31 de diciembre, que 'sonaban demasiado duro durante casi cinco minutos'.

'Todavía es la hora que uno sabe por los pitos que tiene que salir a felicitar a la mamá', comenta con nostalgia Julio, quien antes de los ‘pitos’ celebra el 31 de diciembre en un establecimiento cerca de su hogar, junto con sus amigos.