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Veinte años después de comenzar la operación del alumbrado público de Barranquilla, la concesión del servicio por parte de Diselecsa S.A., terminó el 31 de diciembre pasado. La expectativa de una eventual renovación se disipó en abril pasado, cuando el alcalde Alejandro Char descartó esta posibilidad porque en el horizonte se vislumbraba la creación de una empresa de economía mixta en la que el Distrito sería socio.

En noviembre de 1996, la Alcaldía suscribió con la Unión Temporal Diselecsa Ltda - Industrias Philips Ltda la concesión para la operación y mantenimiento del alumbrado público, que antes era atendida por la Electrificadora del Caribe.

La representante legal de la empresa, Katia Vergara, explicó a EL HERALDO que la primera etapa de su misión consistió en la repotenciación del sistema de alumbrado incandescente y mercurio por sodio de alta presión.

Contó que, de esa forma, el consumo bajó de 12,5 a 7,5 megavatios, lo que permitió mejorar los niveles de iluminación y aumentar la cobertura del servicio del 75% al 90%, aproximadamente. 'En el primer año de operación, nuestra inversión a valor presente fue de $11.820 millones', dijo.

Manifestó que fue a mediados de 1998 cuando, con la implementación de programas correctivos y preventivos, la concesión 'empezó a mejorar la eficiencia' de la atención de reclamos de usuarios, pasando del 70% -como se encontraba en 1996- a niveles que, según ella, superan el 97%. 'Para esto, la empresa se comprometió con un sistema de gestión de calidad que ha mantenido vigente desde 2001', detalló Vergara.

Detalles de la gestión.

De acuerdo con la representante legal del operador, el concesionario 'redujo sus prestaciones contractuales' en 2009, lo que permitió disponer de recursos suficientes para realizar expansiones en diferentes barrios, vías y parques de la capital del Atlántico.

'Pasamos de una cobertura del sistema de 42.700 luminarias que se tenían en 1998 a cerca de 53.000 unidades', indicó Vergara, quien además comentó que 'se han hecho expansiones por el orden de los $40.000 millones.

En concordancia con las disposiciones del Gobierno Nacional, desde hace tres años realizamos las obras de expansión en tecnología led'. Vergara destacó, además, la 'eficiencia del sistema' que, según ella, se sitúa en un 97%. Precisa que la cantidad de luminarias que pueden permanecer apagadas por daños está por debajo del 3%. Para la atención del sistema, Diselecsa contó con 60 empleados directos y 40 indirectos.

La representante legal del operador indicó que los barrios donde han registrado los mayores índices de reportes de daños durante estos veinte años son Carrizal, El Bosque, San Luis, Santa María, Siete de Abril, La Luz, La Chinita, El Ferry, Rebolo, Santo Domingo, Las Malvinas y Siete de Agosto.

Vergara sostuvo que los robos de luminarias y cables fueron una de las principales dificultades que afrontaron durante la vigencia del contrato. De igual forma, advirtió que estos son 'sistemáticos y repetitivos', lo que afecta la continuidad del servicio en algunos sectores de la ciudad. Adicionalmente, dijo que detectaron en distintos puntos de Barranquilla que algunos usuarios se conectan fraudulentamente a las acometidas de las luminarias, ocasionando que los cables se quemen y deban ser cambiados con frecuencia.

'Otro aspecto muy importante que no ocurría antes es que Electricaribe, al realizar el cambio de las redes de cobre por aluminio y redes abiertas por cable trenzado, los obligó a estar reponiendo acometidas con mucha frecuencia y eso ocasionó muchos inconvenientes por falso contacto', anotó Vergara.

Balance de la Alcaldía.

El gerente de Desarrollo de Ciudad, Jaime Pumarejo, calificó como 'positiva' la gestión de Diselecsa. Desde su óptica, lo más destacable es el hecho de haber contado con un operador que 'amplió la cobertura y prestó un servicio efectivo'.

Según el funcionario, la implementación de un nuevo modelo de gestión y la normalización del servicio en diferentes sectores fueron algunos de los desafíos del concesionario. Expresó, sin embargo, que el hecho de contar con un socio como Philips -encargado del suministro de luminarias- permitió ofrecer 'un mejor servicio'.

Pumarejo indicó que el convenio 'nos brindó la oportunidad de entender cómo era la mejor manera de montar un negocio que fuera bueno para el privado que lo prestara, pero más aún para la ciudad'.

Anticipó que con el nuevo modelo, que se entra a implementar este año, el Distrito será socio y estará habilitado para participar en las decisiones. 'Así tendremos una empresa que cambiará acorde a las necesidades de la ciudadanía', puntualizó Pumarejo.