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'Esto no es humo juniorista, no, este (viene) es de la Isla Salamanca', advirtió hace una semana Richard Dejanon, uno de los tuiteros indignados que reportaron con fotos y videos una nueva quema de mangles en esta reserva natural. Como muchos ciudadanos, Dejanon está cansado de los incendios forestales que vuelven a amenazar a la naturaleza y a la salud de los habitantes de Barranquilla con su humarada y cenizas.

A irritaciones en garganta y ojos, así como a afecciones respiratorias, podría estar expuesta la población barranquillera de no cesar definitivamente la quema al otro lado del Río Magdalena.

'La aspiración de cenizas puede exacerbar a los pacientes que tengan enfermedades crónicas a nivel pulmonar o asmático', advierte la médico internista Patricia Osorio, especialista en Neumología que ha atendido a 'mucha gente con tos' y afecciones en vías respiratorias por pasados episodios de incendios provocados en el Parque Isla Salamanca.

En esto coincide el especialista en Medicina Interna y Cardiología Rodolfo Vega, quien agrega que inhalar humo de leña (o mangle como el caso que nos compete) 'puede producir inflamación bronquial o tos con expectoración', incluso, 'en niños asmáticos puede desencadenar problemas de broncoespasmo' y, con ello, dificultad para respirar.

A largo plazo —según los expertos—, la alta exposición al humo de tabaco, carbón o leña puede ocasionar problemas graves como la bronquitis crónica o el enfisema pulmonar, que son manifestaciones de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).

'El 90 por ciento de los pacientes con EPOC tiene antecedentes de exposición al humo', indica el doctor Vega para sustentar lo anterior, al tiempo que reconoce la posibilidad de que al dañarse los pulmones se dé una enfermedad denominada cor pulmonale, en la que 'se hipertrofia el ventrículo derecho del corazón'.

Ojo con esto

Las cenizas que invaden la ciudad pueden causar una irritación química en la vista y así lo deja claro el oftalmólogo barranquillero Óscar Albis Donado.

Si bien los síntomas se van a presentar dependiendo a qué tan expuestas están las personas a las cenizas, lo cierto es que estar sometido a una alta concentración de estas partículas en el aire 'puede desencadenar alergias oculares y hasta conjuntivitis tóxica', sin dejar de lado que, 'como causan comezón, la gente puede rascarse los ojos y, de esta forma, causar otra infección' a nivel de la vista, como advierte el especialista.

'Las personas que sufren de ojo seco pueden verse afectadas con una resequedad mayor a la que normalmente padecen. Aplicarse lubricante puede ser suficiente, pero si las molestias persisten, no duden en consultar a oftalmología', aconseja el doctor Albis.

A nivel dermatológico, vale decir que, como resultado de los problemas respiratorios que producen el humo y las cenizas a largo plazo, 'la oxigenación de la piel y otros tejidos se ve disminuida, por lo que puede ocasionarse un daño prematuro' reflejado en el envejecimiento, como advierte la dermatóloga Carolina Martínez.

'En caso de haber estado muy expuestos al humo recomiendo lavar muy bien la piel con agua y jabón, y usar un champú suave para el cabello, con el fin de eliminar las partículas procedentes de dicho incendio', aconseja, finalmente, la especialista en láser y pelo.

Tome nota

Síntomas

Los que están expuestos al humo pueden presentar mareos, ojos irritados, dolor de cabeza, expectoración, disnea, sibilancia y tos.

Proteja la vista

El oftalmólogo aconseja aplicarse lubricante dos o tres veces al día para limpiar la superficie del ojo, eso reduce la posibilidad de que la ceniza cause irritación permanente. Apenas acaben las quemas, no es necesario aplicarlo.

Aliados

Use de tapabocas y lentes, mientras hayan cenizas.

Cuidado

Las personas que inhalan este tipo de humo son más susceptibles a padecer tuberculosis pulmonar.