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La temporada escolar que comienza cada año trae consigo todo tipo de controversias y quejas, a causa de los útiles o materiales académicos que deben llevar los estudiantes para garantizar un buen desarrollo educativo. 

Los precios 'exorbitantes' de estas herramientas didácticas, como lápices, cuadernos, libros, colores, calculadoras, entre otras, son rechazados por los padres de familia, quienes ven afectados de manera directa sus bolsillos. 

Los libros, creados por las editoriales de turno, son los implementos que más generan gastos a la hora de comprar la lista escolar.

De hecho, en estos ejemplares académicos un padre de familia se puede gastar entre $400.000 y $1.000.000, dependiendo del grado que curse su hijo, de acuerdo con las cifras entregadas por tres papelerías de la ciudad.

Muchos padres de familia ven como un escape a ese gasto elevado comprar los textos de segunda mano o fotocopiarlos. Sin embargo, este escenario está cambiando . La industria editorial ha puesto en marcha nuevas fórmulas de acceso a los textos educativos que, según ellos, buscan modernizar la educación y mantener activa la dinámica de sus ventas. Esta fórmula consiste en la venta de un kit escolar que incluye textos y un pin, el cual permite la entrada a una plataforma virtual.

Una papelería de la ciudad, que pidió no revelar su nombre, le entregó a EL HERALDO una lista de 10 colegios que adquieren este paquete de la editorial Norma. 

La estrategia es aplicada desde hace aproximadamente 4 años y consiste en juntar varios textos en físico de matemáticas, ciencias sociales, naturales, español inglés y obras literarias a través de un kit escolar, el cual proporciona un código que le permite a los estudiantes ingresar a una plataforma virtual durante su año escolar. En dicho servicio digital, el alumno desarrolla actividades como tareas, talleres, evaluaciones y foros, que son representados en notas académicas. Si el estudiante no posee su código, es decir, si no compra el kit de libros, no podrá obtener las calificaciones requeridas en estas materias.

La plataforma tiene un límite anual, lo que significa que el estudiante no puede usar el mismo código de acceso del año anterior, ni los mismos libros y tampoco cederle ese usuario o contraseña y los textos a un familiar o a un conocido que venga de un grado inferior.

Tecnología sin freno

El Colegio Colón de Barranquilla es una de las instituciones que maneja este tipo de modalidad de aprendizaje en todos sus grados académicos desde hace tres años. 

De acuerdo con Miguel Peña, rector de este colegio, dicha metodología educativa le ha traído 'excelentes' resultados a la institución a nivel académico y le ha ayudado tanto a profesores y estudiantes a avanzar en su desarrollo. 

'Actualmente nuestros estudiantes se encuentran inmersos en una generación digital. La plataforma es un pretexto para seguir avanzando hacia la excelencia. Los alumnos se incentivan mucho con este método', argumentó el licenciado, quién agregó que los maestros han recibido capacitaciones para el uso de la plataforma. 

Peña consideró que los grandes logros que ha conseguido el colegio en la actualidad se deben al uso de este ambiente digital. 'En las pruebas Supérate con el Saber, las evaluaciones son virtuales. Si nosotros no tuviésemos esas plataformas no habríamos obtenidos buenos resultados', sostuvo. 

Explicó que el maestro usa la plataforma para dejar evaluaciones, tareas y compromisos con el fin de que el estudiante en un límite de tiempo las resuelva. 'Tenemos un control sobre los profesores en el que analizamos cuantas veces usan el servicio digital', indicó.

Con respecto a la reacción de los padres de familia con la nueva metodología, el rector admitió que en un principio mostraron 'resistencia, después se dieron cuenta de los beneficios y de las bondades de la plataforma'. 

Peña señaló que el kit de libros en el colegio no es 'obligatorio'. Añadió que hay padres que no están identificados con el uso de la plataforma y que la institución le permite a esos estudiantes realizar las actividades en físico. 'Aquí no tenemos exclusión. Los alumnos pueden desarrollar sus materias en ambas metodologías', expresó. 

El directivo recalcó que la plataforma va a seguir evolucionando con el paso de los años. Resaltó que este tipo de tecnologías no tienen freno. 'Los estudiantes le exigen a sus padres comprar el kit para estar a la par de sus compañeros. Actualmente el 99% de ellos adquirió el servicio digital', afirmó. 

Con respecto a la reacción de los padres de familia con la nueva metodología, el rector admitió que en un principio mostraron 'resistencia, después se dieron cuenta de los beneficios y de las bondades de la plataforma'. 

De igual manera, una rectora de otra institución privada en Barranquilla que pidió por políticas educativas no revelar su nombre y el del colegio, señaló que a través de este tipo de herramientas virtuales se sienten más motivados para afrontar el año escolar. 

Explicó que estas plataformas son complementarias tanto para los profesores como para los alumnos. Afirmó que con esta idea no buscan reemplazar a los docentes. 

'Nuestra plataforma va ligada con los textos físicos todavía. Pero además, tenemos en el ambiente virtual libros ya digitalizados, lo cual es una ventaja', indicó la rectora. 

La directiva expresó que este tipo de herramientas ayudan a hacerle un seguimiento más exhaustivo al estudiante. Al respecto de la obligación de tener el servicio digital, indicó que 'no lo imponen, pero es un aspecto fundamental para el alumno'. 

'No es obligatorio, pero si el estudiante compra los libros por aparte y no tiene el acceso a la plataforma está en desventaja con sus compañeros. Cuando el profesor vaya a hacer un examen o un taller no va a poder realizarlo', enfatizó. 

Agregó que en esta institución los padres solo deben pagar tres libros aparte del kit. Es decir, que el paquete les brinda una buena cantidad de textos. 'Eso permite que no le de tan duro al padre de familia. Pensamos mucho en eso', explicó la docente, sobre el paquete que actualmente cuesta $431.000 desde cuarto de primaria hasta undécimo.