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El misterio de la muerte de cerca de 5.000 peces en el Lago El Cisne parece llegar a su fin, luego de revelarse los resultados de un diagnóstico clínico, que informa la presencia de un proceso infeccioso de tipo bacteriano que les causó una septicemia y produjo la mortandad.

De acuerdo con el informe, a cargo del Laboratorio de Diagnóstico Veterinario del Caribe, contratado por la Corporación Autónoma Regional del Atlántico, CRA, la especie mojarra roja (Oreochromis sp) se vio afectada por necrosis, congestiones y hemorragias en branquias, lesiones microscópicas en el encéfalo y cambios de tipo degenerativo en el hígado.

Estas patologías, según el análisis, fueron provocadas por las denominadas aeromonas schubertii, un tipo de bacteria que convive de manera natural con los peces en los sistemas acuáticos, de acuerdo con lo explicado por el especialista en patología, José Clavijo.

El estudio expone como principales causales de la mortandad las altas cargas de materia orgánica en el cuerpo de agua y la introducción de especies no nativas (cultivos), lo que generaría estrés y transmisión de enfermedades. Las pruebas fisicoquímicas, microbiológicas e hidrobiológicas se cumplieron en seis puntos del lago y durante siete días consecutivos.

'Al parecer se trató de un cultivo espontáneo, por lo que estas especies vienen de condiciones diferentes a las del medio natural', manifestó el experto. 

Clavijo destacó que los peces de cautiverio, por lo general, 'se les controla la temperatura, la cantidad de oxígeno y el alimento', por lo que cuando arriban a ambientes naturales como El Cisne,'son susceptibles a  distintas patologías'.

'Al pez se le hace más difícil conseguir comida, provocándole estrés y además, como su organismo cuenta con defensas bajas en el sistema inmune, desarrolla enfermedades con más facilidad'.

La mortandad. Las muertes de miles de mojarras en El Cisne comenzaron a alarmar a pescadores y visitantes a principios del mes de enero, cuando los cuerpos de estas especies flotaban a la orilla del lago, lo que generó molestias por el olor de la descomposición.

Sobre el fenómeno, la CRA anunció y cumplió con los respectivos monitoreos de control e investigación para determinar la razón de la mortandad.

La primera respuesta de esta entidad ambiental fue descartar la contaminación del agua, la cual resaltan 'se encuentra en óptimas condiciones y con la cantidad de oxígeno necesaria', según insistió el director Alberto Escolar durante diálogo con EL HERALDO.

En su momento, se recomendó no consumir dicha especie hasta no haber controlado la emergencia, una medida que sigue vigente, teniendo en cuenta que 'después de su muerte, estos peces liberan toxinas nocivas para la salud', advirtió Escolar.

También se mantiene la prohibición de ingresar al lago, algo que el directivo argumenta en la presencia de babillas y culebras, 'más no en las condiciones del agua'.

Escolar, sin embargo, señaló que 'este episodio se encuentra superado por la disminución de cargas bacterianas' y que 'no existe rastro de más muertes de mojarra'.

De igual manera, descartó el contagio de la infección en otras especies, puesto que 'estas se encuentran en condiciones diferentes'.

Explicó que especies como el bocachico y otras menores como el pez pipón y la mojarra amarilla, presentes en el ecosistema, se  encuentran protegidas porque se alimentan en las profundidades y no tienen contacto con las columnas de agua, como lo hace la mojarra roja.

Por lo anterior, la CRA pidió a los visitantes del lago abstenerse de hacer siembras espontáneas y de peces que no cuenten con su autorización, pues éstas pueden alertar el sistema, que aún se encuentra en proceso de recuperación.

'Cuando se realizan siembras espontáneas se puede generar epidemias en la población que habitan el medio natural y por eso vamos a incrementar la vigilancia para evitar que particulares realicen esta siembra', indicó Escolar.

Finalmente, la entidad informó que hoy continuarán los estudios, esta vez a cargo del Centro de Investigación de la Acuicultura de Colombia, Ceniacua.