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Maribel Gutiérrez camina, siente la música que sale de un pequeño parlante y empieza a mover los hombros y los pies. 

Recorre a paso lento, tratando de ir más rápido, la cancha principal del parque Almendra, donde ensaya en compañía de 29 compañeros lo que será la coreografía que mostrarán en la Batalla de Flores Carlos Franco, el próximo domingo 26 de febrero. 

Maribel era habitante de la calle. Solía dormir en el desaparecido Ley de la calle 72 o alrededor del parque Suri Salcedo. Los barranquilleros la identificaban como ‘bazuquita’. De ese personaje, que era costumbre ver, solo queda el recuerdo.

Hoy, con 41 años, viste blusa blanca, pantalón rosado y cintillo carnavalero. Asegura estar lista para hacer el recorrido del desfile para mostrar sus habilidades. 'Ensayo y me gusta. Antes no podía ni caminar, pero en el hogar de paso me enseñaron', dice, mientras coge aire luego del último repaso. 

El tema de la comparsa será un salón burrero, donde los participantes escogieron cómo irán vestidos. Habrá negrita puloy, monocucos, marimondas, garabatos, cumbiamberos, toritos, congos, entre otros.

Maribel es una de las 100 beneficiadas del hogar de paso que respalda la primera dama del Distrito, Katia Nule, y que logró que un grupo de 30 habitantes de la calle participaran por primera vez en un desfile de Carnaval. Ayer los visitó durante el ensayo. 

La música deja de sonar y Maribel, que irá de primera en la comparsa disfrazada de Negrita Puloy, explica que cuando sale del hogar de paso en las mañanas se va a vender mecatos en lo que antes era su hogar.  'La gente en la 72 me reconoce, me pinta el pelo, me corta las cejas y cuando estoy tarde en la calle me dicen que me vaya para el hogar temprano porque la noche es peligrosa', comenta.

Maribel recuerda que fue en las mismas calles que recorre donde aprendió a consumir sustancias alucinógenas. 'Yo metía goma, pipa, marihuana, perico. Me enseñó la gente, pero dejé eso cuando mi mamá y mi hermano murieron', manifiesta.

Ahora, continúa, aprovecha sus recorridos para visitar a su perrita, Susana. 'Ella está en la calle 72, ya ha parido dos veces, es negra con blanco, pero es bonita'.

Suena la música, el ensayo se reanuda, los bailarines vuelven a los puestos y buscan sus acompañantes. Así como Maribel baila con la música de Carnaval, igual lo hace ‘la Reinita’ del hogar de paso.

María Isabel Ripoll es tímida ante las miradas de extraños, pero cuando suena la música y el profesor de rumba terapia empieza a dar las órdenes, ‘la Reinita’ de los habitantes empieza a mover el cuerpo y seguir las instrucciones. 

Hace dos años ingresó al hogar de paso, pero antes moraba el sector de Bellas Artes o el colegio Lourdes. Acostumbraba vestir mucha ropa y permanecía rodeada de perros. Hoy sus ojos azules se les ve brillar cuando en los parlantes retumba una flauta de millo o la voz del desaparecido Joe Arroyo.

Aunque no coordina los pasos que enseña el profesor, disfruta cada movimiento que hace abrazada de su amiga Maribel y con quien espera recorrer la primera batalla de flores, vestida de monocuco. 

Incluso, a veces habla como si fuese otra persona. 'Soy turista, pero estoy familiarizada con la ciudad. Todos mis primos y hermanos me quieren pobre o con plata, lo único que puedo poner de mi parte es mi disciplina y mi buen comportamiento cuando acudo a donde me invitan', dice mientras sonríe y mira a la líder del programa, Luisa Mora,  a quien considera su mamá.

Al finalizar la visita, la primera dama, Katia Nule entregó kits de aseo a los beneficiados del lugar y expresó que este 'es un hogar donde 100 habitantes de la calle pueden dormir'.

Sobre la participación de los habitantes en el Carnaval, Nule indicó que gracias a la actividad 'están contentos, ocupados, sienten el Carnaval y la ciudad'. La primera dama añadió que  la intención es que 'se sientan importantes, que hace parte de la ciudad y ellos hacen parte de esta fiesta, que es de todos', aseguró. 

Asimismo, anunció que en marzo abrirán un hogar de paso para usar en el día. 'Es un hogar en el día para hacer deporte, rumba terapia, para mantenerlos ocupados. Ahí les brindamos salud, alimentación. Es una atención integral', explicó Nule.