Tras la reciente denuncia de un ciudadano sobre el costo 'inmoderado' ($8.700) de una porción de salsa tártara en el restaurante Mag Mondongo, la Superintendencia de Industria y Comercio, en compañía de funcionarios de la Casa del Consumidor de Barranquilla, realizó una inspección en el establecimiento.
En diálogo con este medio, el director de la Red Nacional de Protección al Consumidor (Rnpc), Daniel Orozco, indicó que, desde las 11 de la mañana hasta horas de la tarde de este miércoles, funcionarios de ambas entidades llegaron al restaurante, ubicado en la carrera 43 con calle 70, para lograr establecer lo ocurrido.
'Debido a la noticia publicada por EL HERALDO, la Superintendencia se enteró y, sin que mediara algún tipo de denuncia, actuó de oficio. Sus funcionarios, quienes llegaron desde Bogotá, hicieron una visita de inspección al establecimiento de comercio Mag Mondongo', explicó Orozco.
De acuerdo con Orozco, durante la visita se realizaron evaluaciones y se revisaron diferentes temas como la publicidad engañosa y las propinas, pero 'particularmente' se hicieron análisis con respecto a la información pública de precios, ya que –dijo– fue lo que habían visto en las publicaciones hechas.
'Adicionalmente, se hicieron una serie de requerimientos a este establecimiento para que en los próximos días sean absueltos por ellos y sean enviados a la SIC en Bogotá', agregó.
Indagación preliminar
El director de la Rnpc manifestó que es prematuro señalar si se encontró o no alguna irregularidad en el lugar, puesto que 'se trata de un inspección, con toda la formalidad del caso, y yo no podría hablar de eso porque estaría prejuzgando, y si después de que reunamos todo el material probatorio se define que no existe ninguna irregularidad, se nos caería el proceso'.
Lea también: Si lo informan, restaurantes pueden cobrar cara hasta la salsa tártara
Añadió que en estos momentos se realiza una indagación preliminar, es decir, un paso previo a una investigación.
'Si después de evaluar, en dicha indagación preliminar, el material probatorio que se recolectó y los requerimientos que se hicieron nos dan motivo para abrir una investigación, pues la haremos. Otra de las alternativas es dar unas instrucciones al establecimiento para que corrija las presuntas anomalías', apuntó.
En Colombia no hay regulación de precios
El ciudadano que manifestó su queja por el 'elevado costo de la copita' de aderezo, aseguró, además, que el valor de este no se le había informado previamente ni se encontraba en la carta del restaurante. Esta afirmación fue refutada por la administración del lugar, que indicó lo contrario.
Sobre lo anterior, la SIC señala, entre otras cosas, que los establecimientos pueden poner el valor que deseen a los bienes y servicio que ofrecen, pero 'es obligación suministrar información veraz y suficiente a los consumidores sobre el precio'.
Al respecto, Orozco dijo que dicha libertad de precio que tienen los establecimientos pudiera parecer una falta de regulación por parte de la SIC, sin embargo, resaltó que 'se debe tener claro que desde hace mucho tiempo, casi que desde la Carta del 91, se eliminó en Colombia la regulación de precios, los cuales, con algunas pocas excepciones, se rigen por la ley de la oferta y la demanda'.
En este orden de ideas, Orozco concluyó reafirmando que cualquier establecimiento está en la libertad de ponerle el precio a los productos y servicios que ofrece, pero lo importante es que se le informe bien al consumidor lo que cuestan.
Con el propósito de comprobar las versiones dadas por el comensal y la administración del restaurante, EL HERALDO se trasladó el jueves de la semana pasada hasta el lugar y pudo observar que en cada una de las mesas reposa una pequeña carta en la que dice que la porción de salsa tártara, efectivamente, tiene un valor de $8.700.