La orden de entregar los predios de la emblemática cancha Nueva Granada de Barranquilla a su nueva propietaria, una diligencia que estaba programada para hoy 10 de marzo, fue suspendida luego de un acuerdo entre los representantes legales de la poseedora y la Inspección de Policía del Distrito, encargada de la restitución.
Luego de un fallo del Juzgado Cuarto Civil del Circuito que le otorga el lote comprendido entre las carreras 29 y 31, y las calles 64 y 65 a Sofía Cristina Amaya Gutiérrez, los vecinos se pronunciaron en defensa de los 8.000 metros cuadrados que durante más de 50 años han sido objeto de uso público, especialmente recreativo.
Jorge Padilla, secretario Jurídico del Distrito, explicó que la orden de regresar el terreno a Amaya Gutiérrez fue suspendida mientras se cumplen mesas de concertación con la Junta de Acción Comunal (JAC), la Alcaldía y los abogados de los propietarios para llegar a un acuerdo.
De igual manera, EL HERALDO conoció que la Empresa de Desarrollo Regional y Urbano de Barranquilla, Edubar, responsable de la gestión predial de los proyectos distritales, realiza los trámites y estudios para que la Lonja de Propiedad Raíz de Barranquilla emita un avalúo y se proceda con la compra del inmueble en disputa.
'El Alcalde nos ha pedido que gestionemos para valorar la cancha y por eso nos reunimos con los propietarios y abogados de demandantes. Tenemos que hacer trabajos de título, levantamiento topográfico y análisis socio económico para enviar a la lonja', aseguró Ramón Vides, gerente de Edubar.
De acuerdo con Padilla, la intención del Distrito es entregar la cancha Nueva Granada a la ciudadanía y que esa 'siga siendo un área de esparcimiento', además de objeto de inversiones para su mejoramiento.
Asunto jurídico
El litigio por la propiedad de la cancha comenzó hace 27 años luego de que el Concejo de Barranquilla firmara, a través del Acuerdo 012 del año 1990, una declaratoria de utilidad pública para que el predio fuese utilizado por la comunidad como un espacio deportivo.
Lo que no se esperaban los vecinos y visitantes del escenario deportivo es que casi tres décadas después de esa determinación, apareciera una persona natural con documentos que demostraban ante un juzgado ser propietaria de un terreno que antes consideraban público, pero que ahora resultó ser privado.
La sorpresa invadió a la comunidad desde el pasado 24 de enero, cuando la Inspectora primera de reacción inmediata, Berly Roa, se presentó en la cancha en compañía de agentes de la Policía y el Esmad, y representantes del Ministerio Público, para hacer cumplir la restitución que falló el Juzgado Cuarto Civil del Circuito.
Desde ese momento, líderes comunales expresaron su inconformidad e insistieron en que 'no permitiremos que nos desalojen de nuestra cancha'.
Según Joel Mendoza, presidente de la Junta de Acción Comunal, fueron instauradas por lo menos nueve tutelas y un derecho de petición con más de 2.000 firmas para evitar la entrega de predios, y por ende, la pérdida del escenario recreativo.
'Tenemos la esperanza de que el Alcalde intervenga, pero de no hacerlo toda la comunidad va a acudir a la cancha desde temprano para defenderla porque no vamos a dejar que nos expropien de ella', advirtió Mendoza.
'Si los partidos se juegan hasta los 90 minutos, acá todavía faltan los últimos cinco', es la consigna de Jesús ‘Toto’ Rubio, quien hace más de 30 años entrena en la cancha a su escuela de fútbol,
La abogada representante de la propietaria, Mery Benítez, había explicado que en 1999 un juzgado ya reconocía a Amaya como propietaria y que el 15 de julio de 2003 el Tribunal Superior confirmaba que se trababa de un predio privado.
La disputa por la cancha continuó extendiéndose hasta hoy luego de amparos policivos a la JAC, demandas al Tribunal Administrativo y sentencias que les negaban la pretensión de poseer la cancha.
Gran toma
A través de las redes sociales, diferentes líderes del barrio Nueva Granada, ubicado al suroriente de la ciudad, invitaron a la comunidad barranquillera a sumarse desde las 6 de la mañana a la ‘Gran Toma de la cancha’ para no permitir que la apropiación de la zona.