Desde las 7 de la mañana de ayer, decenas de ciudadanos acudieron a la popular cancha del barrio Nueva Granada, al suroriente de la ciudad, en defensa de los 8.000 metros cuadrados de espacio deportivo y recreativo que reclama un particular.
La toma del espacio se dio por parte de la comunidad para frenar la orden de restitución del lote a su nueva propietaria, en cumplimiento a un fallo del Juzgado Cuarto Civil del Circuito que ordena entregarle a Sofía Cristina Amaya Gutiérrez el terreno comprendido entre las carreras 29 y 31, y las calles 64 y 65.
La diligencia, que estaba programada para ayer, fue suspendida por la Inspección de Policía del Distrito, y en su lugar, vecinos del sector marcharon por la cancha con una bandera de Colombia 'para no permitir que lo público sea ahora un predio privado'.
Del plantón participaron vecinos antiguos del barrio, niños deportistas integrantes de escuelas de fútbol como Toto Rubio, y algunos de los futbolistas aficionados que aprovecharon el espacio para jugar un partido antes de protestar.
'Esta cancha es un semillero de grandes jugadores y ¿qué vamos a hacer sin ella? Aquí han jugado mis hijos y nietos y queremos que siga siendo un espacio para que ellos desarrollen sus talentos', aseguró Edith de las Salas, de 77 años, una de las pioneras en llegar al barrio.
'Sin la cancha nos sentiríamos tristes y si no tenemos este lugar es más fácil que algunos compañeros tomen otros caminos', fueron las palabras de Juan David Herazo, un joven de 14 años, integrante del club deportivo Neogranadinos.
Sobre el aplazamiento de la orden de desalojo, el presidente de la Junta de Acción Comunal de Nueva Granada, Joel Mendoza, expresó que siente 'una victoria parcial' de la disputa jurídica, que se traduce en más tiempo para que la comunidad 'luche por el futuro de la cancha'.
'De todas formas aún no ganamos nada. Se nos viene un problema porque en caso tal se quiera comprar este predio para que siga siendo cancha, el dinero saldrá del bolsillo de nosotros', consideró Mendoza.
Sus declaraciones fueron dadas luego de que este medio diera a conocer que el Distrito analiza la posibilidad de comprar los lotes para que la cancha continúe teniendo un uso público.
Sin embargo, esta noticia no generó satisfacción en algunos habitantes, quienes aseguraron que 'no hay nada que comprar porque eso no es de ella (Amaya)', tal cual lo insistió Roberto De León, un ingeniero retirado de 65 años.
Por eso, el llamado de la comunidad ante las autoridades se resume en un llamado para que la Junta de Acción Comunal (JAC) sea tenida en cuenta en las mesas de concertación que realiza el Distrito los nuevos propietarios y los abogados.
Por su parte, Ramón Vides, gerente de la Empresa de Desarrollo Regional y Urbano de Barranquilla, Edubar, encargada de la gestión predial de los proyectos contó que, 'estamos trabajando en los estudios para que avaluar los predios', lo que sería el primer paso para presentar una oferta a los nuevos propietarios.
Dilema jurídico
Desde hace 27 años comenzó el litigio por la posesión de la cancha Nueva Granada, que lleva casi 50 años siendo un espacio deportivo y recreativo en la ciudad.
En 1990, a través del Concejo de Barranquilla, se firmó el acuerdo 012 que declaraba la utilidad pública del terreno a favor de la comunidad, algo que fue derogado ese año por el Juzgado Cuarto Civil del Circuito de Barranquilla.
La disputa se extendió por años y el 15 de julio de 2003, el Tribunal Superior confirmó que la cancha era un predio privado. A pesar de esto, la JAC recibió un amparo policivo y aunque consiguieron detener la diligencia de entrega de predios, el Juez Décimo Civil del Circuito, en sentencia de fecha octubre 11 de 2012, negó la petición de la comunidad de tener la pertenencia, luego de considerar que no reunía los elementos necesarios.