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Hace once años a Manuel Pinto le diagnosticaron hipertensión y diabetes. El inexorable paso del tiempo hizo que su estado de salud empezara a mermar hasta que su cuerpo emitió una contundente señal de alerta. Fue en noviembre de 2015 cuando esas enfermedades le provocaron un infarto, producto de una severa obstrucción en la arteria aorta.

Los médicos decidieron que Pinto, hoy de 62 años, debía ser sometido a una cirugía a corazón abierto. Pese a los riesgos que un procedimiento de esa clase implica, resultó sin inconvenientes para él. Sin embargo, dice que el tratamiento que debe cumplir para evitar recaídas no ha estado exento de trabas por parte de la empresa promotora a la que está afiliado, Cafesalud EPS, una de las prestadoras de salud que más denuncias tiene de sus usuarios por la prestación del servicio.

Admite que durante el proceso de autorización de la cirugía no tuvo mayores inconvenientes. Estos han aparecido después de la operación, por cuenta de algunas dilaciones en la entrega de medicamentos. Uno de ellos –quizá el más importante de sus terapias– es el clopidogrel, un agente antiplaquetario que inhibe la formación de coágulos en la enfermedad arterial. 'En la farmacia autorizada me dicen que no hay disponibilidad porque no han pagado unos dineros pendientes', añade.

Pinto sostiene que los inconvenientes se han presentado desde el momento en que lo operaron, pero se han acentuado en los últimos seis meses. Esa situación lo ha forzado a comprar los medicamentos por su cuenta. 'El cardiólogo me indicó que no puedo dejar de tomarlo, para evitar un trombo o hasta una isquemia cerebral', dice, al tiempo que denuncia que Cafesalud no le ha suministrado el clopidogrel en los últimos dos meses.

'De los seis medicamentos que me receta el médico, me quieren entregar solo uno o dos. Me parece una falta de sensatez porque el tratamiento se debe cumplir completamente. No los puedo interrumpir porque sería un riesgo para mi salud', agrega Manuel, pensionado que se ejercita en el gimnasio para cuidar su salud.

El inconformismo de Pinto no termina allí. Para él 'lo más grave' es no poder concretar una cita con el cardiólogo. Meses atrás lo atendía un especialista en una de las IPS contratadas por Cafesalud, pero la prestadora de salud le suspendió la atención. Alega que la EPS tiene 'una deuda grande' con ellos.

'Tengo pendiente una cita con el cardiólogo hace más de un mes. He llamado a una línea de atención al usuario a nivel nacional y me dicen que no hay agenda disponible. Me tocó venir al centro de atención al usuario de Cafesalud, en la carrera 47 con calle 86, para que me expidan otra autorización de servicios', lamenta, mientras se declara 'cansado' de soportar la 'falta de respeto' de la EPS.