El barrio 7 de Abril comenzó como una invasión de tres casas el 11 de septiembre de 1977. Eran piezas de un cuarto hechas de eternit, triple y cartón. El terreno era una cantera en donde retroexcavadoras sacaban piedra y tierra para los inicios de las construcciones de la Ciudadela 20 de Julio, Las Gaviotas y el barrio Santo Domingo.
En una de ellas vivía Roger Noriega junto a sus padres y dos hermanos menores. De sus 48 años lleva 40 en el barrio. Su primer recuerdo de este lugar es una caterpillar intentando tumbar su casa. 'Mi mamá nos puso a sus tres hijos adelante de la máquina' recuerda Noriega, quien se desempeña hoy como fiscal de la Junta de Acción Comunal de 7 de Abril.
El primer nombre que le pusieron a este barrio bordeado por Santa María y Carrizal fue Realengo, por una novela de moda que pasaban en la televisión en aquella época de finales de los setenta. 'Era una disputa de tierras y esto estaba igual acá, nos querían sacar', evoca Noriega de aquel tiempo.
El diccionario de la Real Academia Española define el adjetivo realengo de dos formas y ambas caben dentro de la historia de este barrio. La primera de ellas es 'dicho de un pueblo que no era de señorío ni de las órdenes' y de esta forma se puede clasificar el barrio que en 1979 adopta el nombre de 7 de Abril en honor a la fecha de cumpleaños de Barranquilla, en medio de intentos de desalojo por fuerzas policivas y el Instituto de Crédito Territorial. Con un ojo como única fuente de agua para lavar, tomar y limpiar.
Noriega no se olvida de aquellas épocas en las que para ir al trabajo le tocaba amarrarse a los zapatos dos bolsas para evitar que se llenaran de barro. 'Aquí se caminaba en pura trocha, cuando llegábamos al bus nos quitábamos las bolsas', explica. La ruta de bus era la única que llegaba al barrio, manejada por ‘Don Ramón’ Alcázar, y la ambulancia era el carro de Jorge Noriega, su padre.
La segunda de las definiciones de realengo es: 'dicho de un terreno perteneciente al estado', y esto sucedió cuando en 1984 el presidente Virgilio Barco Vargas, eligió este barrio como piloto para la erradicación de la pobreza absoluta.
Dinamitaron el rocoso suelo y colocaron el acueducto con el que hoy en día aún se suplen alrededor sus 31.831 habitantes, de acuerdo con proyecciones del Dane y de la Secretaría de Planeación de Barranquilla.