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Ser barranquilleros es saber sobreponerse con alegría ante las situaciones difíciles de la vida. Así lo expresa el periodista y escritor, Juan Gossaín, quien habitó durante nueve años en 'la cuidad más feliz del mundo', donde vivió la mejor época de su vida.

De acuerdo a esa experiencia, el escritor asegura 'que dentro del Caribe no hay nada más original que un barranquillero', debido a su forma de pensar y expresarse. Pero sobre todo, por el apego y el sentido de pertenencia que los coterráneos le tienen a la localidad.

Además, destaca con una gran sonrisa, que lo que más le apasiona del barranquillero es su manera de actuar ante los pesares de la vida. 'El barranquillero le pone un poco de humor a todo, no porque sea irresponsable sino porque sabe que la vida es demasiado cruel pa´ tomarla en serio', expresó.

Resaltó que Barranquilla no se parece a ninguna otra ciudad. 'Es absolutamente original y autóctona', porque nació de una forma singular, así mismo por el lenguaje que maneja el barranquillero. 'La palabra que más me gusta a mí de este lenguaje es ‘ñero’, un apocope de compañero, por las variedades como la usan' refiriéndose a palabras como compañero y ñerocompa.

'Eso es el afecto trasmitido a través del lenguaje', indicó el periodista, mencionando conjuntamente diccionarios del ‘costeñismo’ como el que hizo el Padre Revollo, un legendario personaje que vino de Mompox a comienzos del siglo XX y se quedó en Barranquilla. Igualmente las investigaciones sobre el idioma que realizó el barranquillero Elías Muvdi, que ahora hacen parte de su colección.

Otro barranquillero que reunió en un solo documento diferentes expresiones, palabras y frases que identifican el modo de ser Costeño fue el abogado y periodista Ley Martin, quien escribió un diccionario qué según él 'nos ha dejado ver, entre otras cosas, que tenemos más de 30 palabras para nombrar un problema de diversas formas en reemplazo de la citada palabra, como si en el fondo se quisiera evitar la carga semántica de seriedad y gravedad concentradas en la palabra problema y se consiguiera dispersar en múltiples expresiones, casi todas teñidas de humor, eludiendo la connotación natural de la palabra', lo que ha permitido construir un lenguaje folclórico que de alguna manera refleja la cultura de la arenosa.

El también periodista Alberto Martínez, director del departamento de Comunicación Social de la Universidad del Norte, quien lleva 12 años viviendo en la capital del Atlántico se refirió al barranquillero como un ser único, alegre y pujante. 'El barranquillero es un ser que no se parece a nadie, que ama la vida por sobre todas las cosas, que le pone baile a su andar y que hace una fiesta cuando tiene una adversidad.

Por eso él, que es el mejor trabajador del mundo, trasmite siempre la sensación de que está en carnaval. Es el mejor anfitrión entre todos los que uno puede conocer. Pues la visita aún no se está despidiendo y ya el empieza a preguntar ¿Cuando vuelves?, es el mejor anfitrión, yo sé porque se los digo', afirmó.

El arquitecto Ignacio Consuegra, ha escrito cinco libros acerca de la histografía de Barranquilla y hoy nos explica que, hablar del ser barranquillero implica reconocer el carácter cosmopolita de una ciudad por donde arribó la modernidad al país, - de allí el carácter abierto y vanguardista de su gente-, que le rinde tributo a la alegría y la convivencia pero que si le damos un tanto atrás al almanaque, nos damos cuenta que los abuelos de nuestros padres llegaron a poblar esta joven ciudad huyendo de las hambrunas y las guerra, por lo tanto genéticamente no nos anima mucho los efectos de la violencia y los conflictos y preferimos abordar una filosofía especial sobre la vida, que incluye una particular animada versión por el excesivo trabajo.

En otras palabras, para Consuegra, 'ser barranquillero es pertenecer a una especie cada día más rara, que valora la convivencia espontánea como antídoto para espantar las dolencias del alma, el mismo que no discrimina a ningún forastero. Y que, por demás es amigo de sus amigos, y amigo de los amigos de sus amigos'.

Finalmente, Jorge Villalón, Magíster en Historia Contemporánea, explica qué el comportamiento de la mayoría de las personas que viven en Barranquilla es el resultado de un profundo mestizaje racial y cultural que ha sido más intenso que en otros lugares de América Latina, mezcla que se evidencia en la manera de ser, la comida, la fiesta y la música característica de la ciudad, que no son españolas, indígenas, africanas, italianas, alemanas sino algo nuevo en la historia.

Para Villalón 'esta novedad es el resultado de esa amalgama entre la biología y la cultura, que convierte la identidad de la ciudad en un patrimonio intangible importante de conservar'.

Top 12 Palabras más usadas por los 'Quilleros'

■ Ajá: Mostrar aprobación, reafirmar, saludo corto entre personas de confianza.

■ Hey: Interjección para llamar la atención de alguien. También se usa para reafirmar una frase.

■ Nojoda!: Interjección de alegría o asombro. También puede ser expresión de ironía.

■ Vaina: Genérico indeterminado para referirse prácticamente a cualquier cosa en reemplazo de su nombre.

■ Bacano: Esta palabra es una de las muletillas más importantes que se utiliza principalmente para designar algo que gusta, que es agradable, con lo que se simpatiza o que satisface las expectativas.

■ Chévere: Es un término ampliamente usado en Colombia como sinónimo de bueno y agradable.

■ Cipote: Superlativo de cantidad o tamaño.

■ Ira!: Apócope de mentira utilizada para expresar incredulidad.

■ Llave: Amigo del alma, de parrandas, el superamigo. También se usa como forma amable de llamar la atención de una persona que no se conoce.

■ Mondao: No tener dinero, sin liquidez.

■ Ñerda: Expresión de sorpresa o emoción.

■ Eche: Muletilla compleja de varios significados que dependen del contexto. Puede denotar admiración, repudio, asombro, afirmación, negación.