Si bien es cierto, nuestro cementerio nos enorgullece como patrimonio arquitectónico e histórico de Barranquilla, lugar obligado a examinar por los investigadores y los turistas que visitan nuestra ciudad.
Sin embargo, hay otras obras de gran valor, donadas por la Sociedad Hermanos de la Caridad y que son testimonio de su trayectoria filantrópica como el Hospital de la Caridad de Barranquilla, primer hospital construido en nuestra ciudad, inaugurado el 20 de febrero de 1876, hoy Hospital General de Barranquilla.
Es importante señalar que el 25 de enero de 1876 llegan a Barranquilla, provenientes de Francia, las primeras hermanas religiosas de la Caridad Dominicas de la Presentación, precedidas por la madre Marie Saint Victor como superiora del Hospital de Barranquilla, quien lo administró durante esa época.
Fue la primera Comunidad religiosa que se creó en esta ciudad y que posteriormente fundaría el Colegio de la Presentación.
También es interesante indicar que al reestructurarse la empresa de acueducto en 1905, ésta recibió aportes de nuevos socios, entre ellos, el Hospital de la Caridad de Barranquilla. El acueducto se manejó hasta el año 1922 como una empresa particular en la cual tenían acciones el municipio de Barranquilla y el Hospital de la Caridad; era su administrador durante ese período el general Pedro Escolar.
Otra de las joyas históricas que tenemos en Barranquilla creada por la Sociedad Hermanos de la Caridad es el templo de Nuestra Señora del Rosario, cuya historia se remonta al año 1867. Siendo el objetivo de esta centenaria sociedad allegar fondos para construir un cementerio, un hospital y en el extremo norte de la población, un templo católico. Barranquilla, desde sus comienzos, siempre ha sido muy católica.
Era Eufrasio Sánchez, quien en compañía de los miembros de la hermandad y otros fieles devotos, llevaban en procesión la imagen de la Virgen del Rosario hasta la residencia de Doña Hilaria Blanco, en cuya casa se hacían las ceremonias del culto y se veneraba dicha imagen. La señora Blanco generosamente regaló un terreno de su propiedad para que en él se levantara una capilla dedicada a la Santísima Virgen bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario.
Así, el 9 de enero de 1882, la Sociedad Hermanos de la Caridad, presidida por José De la Rosa, nombró una junta compuesta por quince miembros, todos dispuestos a recolectar los fondos necesarios para construir el templo a Nuestra Señora del Rosario. Ahora bien, son 150 años de experiencia, lo que significa un largo proceso para adquirir con sentido social, un compromiso de calidad en los diferentes servicios que ofrece la Sociedad.
En estas últimas décadas son incontables las obras de beneficencia efectuadas, que van desde el apoyo por medio de becas estudiantiles a jóvenes de escasos recursos, donaciones a entidades educativas y afines, así como medicamentos y equipos de salud donados a personas necesitadas.
En el año 2005 se construye un moderno horno crematorio en el Cementerio Universal para hacer posible la cremación a los estratos medio y bajo de la ciudad. Fue el segundo horno que se dio al servicio en Barranquilla.
En el año 2008 la Sociedad inaugura la Funeraria Universal, con el fin de prestar los servicios exequiales a la comunidad barranquillera a precios razonables accesibles para cualquier persona no importando su estrato social, su nivel económico, credo religioso o color político. La Funeraria Universal está ubicada al lado del Cementerio Universal, las instalaciones de esta se construyeron con un concepto moderno, laico con amplias zonas verdes.
Ciento cincuenta años después, la Sociedad Hermanos de la Caridad, es presidida por el economista, Dr. Mario Morales Charris y una junta directiva conformada por personas con visión y alto grado de responsabilidad social empresarial. Con esa base fundamental hay prenda de garantía para la continuidad de la Sociedad Hermanos de la Caridad para que ésta benemérita y centenaria institución amplíe su campo de servicios a la educación, la salud, la cultura y el deporte. Sin descuidar la búsqueda de la excelencia y el crecimiento de la misma.