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La lluvia, fenómeno que por lo general obliga a resguardarse, paradójicamente ha puesto al descubierto en Barranquilla una grave situación de violencia juvenil. Cada vez que se registra una precipitación sobre la ciudad, al menos en sectores del suroccidente y suroriente, jóvenes se citan en las calles para enfrentarse a puños, piedras, cuchillo y en peores ocasiones a bala.

Incluso, en videos de redes sociales ha quedado en evidencia que niños también hacen parte de las agresiones físicas.

Estos choques, así como los diversos reportes de la Policía de Infancia y Adolescencia, son fiel muestra de que el fenómeno de las pandillas inquieta y afecta la seguridad en los barrios, y alertan sobre un aumento en la ciudad en los últimos años, como lo afirma Royman Amaya, director de ‘Va Jugando', un programa dirigido a la mitigación de la conflictividad y violencia que integra la práctica del fútbol callejero y la atención psicosocial a jóvenes pertenecientes a pandillas.

El último estudio sobre el número de pandillas en la ciudad fue realizado en 2012 por la Alcaldía de Barranquilla, las universidades del Atlántico y del Norte, la Fundación Proceder Siglo 21 y la Policía Metropolitana, el cual identificó 109 pandillas, de estas fueron caracterizadas 95 ubicadas en las localidades Metropolitana, Suroccidente, Riomar y el Suroriente. (Ver gráfico).

Sin embargo, hoy parece que la realidad es otra, pues estudios realizados recientemente por el expersonero de Barranquilla, Arturo García Medrano, al igual que César Blandón Vanegas y Orlando Calderón Cúdriz, líderes cívicos, dan cuenta que en la actualidad existen alrededor de 255 pandillas en las cinco localidades de la ciudad.