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Aún están en la memoria de Gabriel Acuña Machacado, los recuerdos vivos de aquel 3 de diciembre de 1999, cuando despidió a su hijo Alexander Acuña, estudiante de la Universidad del Atlántico y a quien le advirtió que se cuidara de la situación oscura que rodeaba en ese entonces al plantel educativo en donde grupos antagonistas de las extremas de derecha e izquierda confrontaban por ganar el favor de la comunidad académica.

Grupos paramilitares con poder reconocido montaron una emboscada a todos aquellos que participaban de las protestas ante la serie de irregularidades denunciadas.

Gabriel relata que ese día hubo una revuelta, los paramilitares tenían todo planeado y frente a la sede de la carrera 43, en donde hoy funciona el Parque Central, montaron un comando clandestino de ajusticiamiento.

'Alexander ese día desapareció. Se paró en el sitio equivocado, no me hizo caso de salir por la carrera 41, se paró en ese Parque Central y se lo llevaron', dijo.

Calabozos, hospitales, cementerios y fiscalía tuvo que recorrer Gabriel para buscar algún indicio de donde estaba su hijo, pero fue infructuosa la búsqueda, nadie le daba información.

A las 10 de la mañana del 4 de diciembre su hijo Alexander fue encontrado muerto en aguas de las playas de Turipaná por unos pescadores del sector. Según Gabriel el cuerpo lo pudo identificar luego de varios días.

Dieciocho años después del hecho, solo hasta hace una semana el papá de Alexander instauró una denuncia formal ante la Fiscalía por todo lo ocurrido en ese entonces.

Este relato es uno más de los que se escucharon ayer durante el acto de reconocimiento de la Universidad del Atlántico como sujeto de reparación colectiva de víctimas del conflicto armado y la entrega de la investigación ‘evaluación del daño de sujetos colectivos afectados por la acción paramilitar en el departamento del Atlántico’ que hace el Centro Nacional de Memoria Histórica.

Según las cifras que maneja el CNMH, entre 1990 y 2006 en la Universidad del Atlántico hubo 31 personas víctimas del conflicto armado, 25 de ellas fueron asesinadas y otras 6 murieron en explosiones. En la lista figuran estudiantes, profesores y trabajadores de la alma máter.

De acuerdo con Carolina Restrepo, investigadora del CNMH, el trabajo que se realizó servirá como insumo para nuevas investigaciones y será punto de partida para las víctimas y el Comité de Impulso de la Uniatlántico pueda desarrollar el Plan de Reparación Integral.

Asimismo, hizo un llamado al Comité para que soliciten a la Fiscalía y a los entes encargados una investigación exhaustiva de cada uno de los hechos de violencia sobre los cuales las víctimas tienen dudas.

La Universidad del Atlántico ha sido afectada de manera recurrente por el conflicto armado interno, situación que la llevó a ser incluida en el registro único de víctimas como sujeto de reparación colectiva, a través de la resolución No. 2015-156962 de 22 de julio de 2015 de la Unidad para las Víctimas.

Viceministra: Acreditaciones van bien

La viceministra de Educación, Natalia Ruiz, aseguró ayer que la acreditación de los ocho programas de la Licenciatura de Educación es posible porque la Universidad del Atlántico tiene reconocimientos, pero advirtió que es necesario 'organizar la casa'.

'Les presentamos la propuesta que trabajamos desde el Ministerio para contestar todos los recursos de reposición de las acreditaciones de los programas de Licenciatura, creo que el panorama cambia, hemos revisado con pares, con diferentes expertos', explicó la funcionaria.

Según la viceministra pronto se le estará dando una respuesta a la alma máter sobre los recursos presentados.

Ruiz contó que en la reunión del Consejo Superior realizada el jueves vio algunos cambios, especialmente en la Ley 550 que se viene ajustando. También dijo que se está revisando la normativa sobre el representante del sector productivo ante el Consejo Superior.