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En respuesta a la preocupación expresada por los comerciantes de Barranquilla frente a la implementación del nuevo Código de Policía, el intendente Naid Camargo (experto en el tema) expresó que este 'no es el látigo que afectará las actividades económicas ni comerciales de la ciudad'.

Inquietudes como esta fueron analizadas en la Tertulia de EL HERALDO sobre ‘El impacto del Código de Policía en el comercio de la ciudad’, en la que participaron los principales representantes del sector y autoridades distritales.

Se conversó sobre la fase sancionatoria del Código que comenzará a partir del martes 1° de agosto con la aplicación de la penalidad monetaria. Seis meses tuvieron los colombianos para familiarizarse con las 361 conductas (correspondientes a cuatro tipos de multas) que serán castigadas. En este periodo pedagógico se impusieron 16.090 comparendos en Barranquilla y su área metropolitana.

El director de EL HERALDO, Marco Schwartz, pidió a las autoridades de Policía que hicieran un breve esbozo de la incidencia de la norma en la actividad comercial, la economía y las tradicionales ‘frías de barrios’.

El intendente Camargo respondió que la esencia del Código es la convivencia, 'que todos los residentes vivamos tranquilos', al tiempo que reiteró que este 'no será ese látigo que afectará las actividades económicas y comerciales'.

Por su parte, Alejandro Duarte, socio fundador de Unión Nacional de Comerciantes (Undeco), seccional Atlántico, y directivo de la Cámara de Comercio, reconoció que si bien están 'nerviosos' con la entrada en vigencia del Código y sus repercusiones en el sector por los operativos de la Policía y de Control Urbano y Espacio Público, hay voluntad por parte de los comerciantes de hacer parte de los procesos.

Duarte recordó que la mayoría de comerciantes llegó a la ciudad cargada de esperanzas, de ilusiones y con los bolsillos vacíos, pero aportando al desarrollo de la misma.

El secretario de Gobierno del Distrito, Clemente Fajardo, explicó que el Código de Policía tenía más de 40 años y se había tratado de modificar 'infructuosamente'. Destacó que esta nueva herramienta sirve para organizar estas ciudades modernas.

El Código anterior tenía disposiciones de cuando no había celulares, ni sistemas de transportes masivos. 'Tal vez en esa época la ciudadanía era más tranquila y uno se podía tomar una cerveza en una terraza', dijo Fajardo al señalar que ahora las dinámicas de seguridad de estas ciudades modernas han cambiado y es importante ir cambiando el chip a los ciudadanos y a los comerciantes para que 'nos acomodemos a un código que en ningún momento es represivo, en ningún momento busca afectar el bolsillo de la gente, sino cambiar la conciencia'.

El funcionario explicó que la norma contempla opciones de conmutar una multa por trabajo comunitario o por un curso. Cree que si las cosas se hacen bien no tiene que ser susceptible de imposición de sanciones. 'A la persona que le impongan una multa tiene todas las posibilidades de arreglar el tema sin necesidad de ir y cancelar una sanción tal vez alta, pues en algunos casos llega hasta 900.000 pesos'.

Reglamentación

En opinión de Orlando Jiménez, presidente de Undeco, la implementación de la normativa no es fácil porque cambia muchas costumbres, a veces choca con la cultura y la tradición, tal como ocurre con la venta de las cervezas, que por el clima de la ciudad la gente se la toma debajo de un árbol de mango, la terraza o el antejardín del establecimiento.

Consideran pertinente revisar el tema de la idiosincrasia del barranquillero y del clima de la ciudad, para que se lleguen a unos acuerdos y se establezcan horarios a las tiendas, para que estas no se conviertan en cantinas.

Considera que si bien el 1° de agosto entra en pleno funcionamiento el Código, es necesaria la reglamentación de parte del Gobierno Nacional, y que los entes territoriales hagan lo mismo. Jiménez cree que hay aspectos que se tendrán que reglamentar de acuerdo a las condiciones y requisitos en cada territorio. 'En ese sentido tendrán que expedir un acuerdo, una ordenanza o un decreto de la Alcaldía en cosas puntuales', expresó.

Los choques

En opinión de los comerciantes, el choque empieza cuando las autoridades de Policía solicitan los documentos, y si les falta uno de inmediato proceden al cierre.

Jiménez dice que antes la autoridad requería al comerciante y este tenía 30 días para aportar los documentos. 'Hoy en día la autoridad requiere al comerciante y en el acto cierra'.

Los dirigentes gremiales consideran pertinente que una vez reglamentado quede claro que si la persona no posee ninguno de los documentos solicitados por la Policía opere el cierre inmediato, pero si tiene la mayoría de los requisitos se le dé un compás de espera de 8 o 10 días. En ese tiempo tendrá que entregarlos, pues de lo contrario operará el cierre, pero que no sea de inmediato para evitar traumas, de manera especial a los pequeños comerciantes, que en el caso de Undeco más del 50% de sus afiliados son tenderos.

Al respecto, Fajardo dijo que depende del Gobierno Nacional la reglamentación y están a la espera de la misma.

Los comerciantes coincidieron en que están al borde de un inminente quiebre, porque si a un establecimiento le imponen comparendo económico semanal por la utilización del antejardín no aguantan. 'Los negocios que usamos el antejardín estamos ad portas de una hecatombe económica', dijo Jorge Barrios, de Asonocturnos.

El Distrito creó un comité civil de convivencia que la misma norma, en su artículo 19 lo establece para que los ciudadanos presenten sus quejas si sienten que sus derechos fueron vulnerados.

Quedaron interrogantes como si el precio que hay que pagar por cambios de costumbre y tradición significa necesariamente una reducción de ganancias. También cuál será la directriz con relación a ‘las frías’ de los barrios.