Compartir:

El monumento de San Nicolás de Tolentino, patrono de Barranquilla, vuelve a estar en la mira de los vándalos. Desde hace varios días le faltan dos dedos en la mano izquierda y cuatro en la derecha.

Según algunos vendedores y visitantes frecuentes del sector, no es la primera vez que la obra es atacada por personas 'mal intencionadas' que suelen llegar a la plaza de San Nicolás en horas de la noche.

Carlos Campo, uno de los asiduos visitantes de la plaza y que aprovecha sus momentos libres para alimentar a las palomas, contó que este monumento está deteriorado desde hace varios días. 'Desde que vengo a la plaza veo que le faltan los dedos, nadie arregla eso ni le presta atención. No sé con qué finalidad hacen eso', manifestó.

Érika Figueroa, quien trabaja en la plaza de San Nicolás como vendedora informal desde hace un año, dijo que 'al monumento lo vienen atacando constantemente', después de haber sido reparado.

La mujer consideró que los daños a la estatua han podido hacerse durante horas de la noche o por la madrugada, ya que ella trabaja en el lugar desde las 5:00 a.m. hasta las 7:00 p.m y 'nunca he visto nada'.

'Hace dos meses le han venido cortando los dedos. Un día llegué y le faltaba uno, luego le faltaba otro y hoy solo tiene tres', afirmó Figueroa, quien además dijo que eso 'habla mal de la ciudadanía y atenta contra la imagen de Barranquilla'.

En ocasiones anteriores, el monumento ha sido reparado por el Distrito, luego de ser objeto de ataques por parte de vándalos.

Otras dificultades

A los daños ocasionados a la estatua de San Nicolás, se suma el deterioro en las zonas verdes y en algunas baldosas de la plaza, lo que permite que las aguas se estanquen cada vez que llueve.

Daniel Argumedo trabaja en un local cerca de la plaza. Aseguró que al lugar le hace falta vigilancia, especialmente en las horas de la noche. 'Los delincuentes aprovechan para hacer de las suyas cuando oscurece. Esto se ha vuelto zona de consumidores y en algunos casos las parejas tienen relaciones íntimas en las bancas', afirmó.

Argumedo señaló también que la plaza y sus al rededores se han convertido en expendio de droga y lugar de consumo, razón por la que ya es raro ver a los niños jugar con sus padres en esa zona, como antes lo hacían.

'Aquí realmente lo que hace falta es más presencia de la Policía para que acabe con la delincuencia y con los responsables de causarle daño al monumento de San Nicolás', dijo.

Otro vendedor denunció que los alrededores de la iglesia San Nicolás se 'han convertido en baño público y basureros'. Sostuvo que 'caminar por el sector resulta desagradable, pues los olores a orina se hacen más insoportables al calentar el sol'.

Según una persona que pidió no ser identificada, las inmediaciones de la iglesia se han convertido en 'cantina' los fines de semana.