En el municipio de Soledad los problemas de movilidad continúan con el pasar de los días y sin solución a la vista. Diariamente desde tempranas horas el caos vehicular se apodera a lo largo de la calle 30, lo que genera trancones de hasta 40 minutos.
Los semáforos en las entradas de los barrios Soledad 2000 y Manuela Beltrán, un elevado número de motocarros que transitan por la calle 30 y sus intersecciones y paraderos de buses improvisados, empeoran la congestión y el represamiento vehicular en la zona.
Normalmente un recorrido desde el Aeropuerto Internacional Ernesto Cortissoz hasta la entrada a Barranquilla, a la altura del puente de la calle 30 con la avenida Circunvalar, es de 10 a 15 minutos sin tráfico.
No obstante, este mismo recorrido tarda de 45 a 60 minutos, debido al tráfico lento, que empieza a generarse a partir de las 6:30 de la mañana.
Puntos críticos
En un recorrido realizado por EL HERALDO a lo largo de la calle 30 se evidenció que los dos puntos más críticos de la movilidad en ese sector son la entrada a los barrios Soledad 2000 y Manuela Beltrán.
En el primer punto, en donde a un costado funciona el Cementerio Municipal, el tráfico empieza a represarse a partir de las 6:30 a.m. en el carril que del aeropuerto conduce a Barranquilla.
En este sitio, a pesar de haber un semáforo y un dos agentes de la oficina de Tránsito de Soledad, quienes tratan de agilizar el paso de los vehículos, es pequeña la cantidad de automotores que logran cruzar mientras la señal del semáforo está en verde (40 segundos).
Hay conductores que deciden cruzar mientras la luz está en amarillo, por lo que quedan en medio de la intersección y obstaculizan el paso de los vehículos que intentan atravesar la calle 30, provenientes de la carrera 17.
La falta de uso de los paraderos de buses también aporta a la congestión vehicular de este tramo. Los buses intermunicipales, quienes recogen y dejan pasajeros en cualquier punto de la calle, dificultan la movilidad de los demás vehículos, quienes constantemente se ven obligados a adelantar, a veces con maniobras peligrosas.