Paralela o Marginal del Río Magdalena, vía de la Productividad y vía de la Prosperidad, han sido los nombres que ha tenido el proyecto vial más importante del Caribe en los últimos 50 años, el mismo que hoy está en el ‘ojo del huracán’.
El primero que habló del tema fue Jorge Caballero Caballero, cuando era gobernador en 1997. Bautizó la vía como Marginal al Río Magdalena; contrató los estudios y diseños con la firma Consultores del Desarrollo, pero no hubo plata para financiar la obra. Llegaron los mandatos de Juan Carlos Vives Menotti y José Domingo Dávila y el proyecto quedó dormido.
Fue en el gobierno de Trino Luna Correa, en el 2004, cuando se retoma la idea y sin priorizarla le dio nuevamente vida. Pero para este, el Plan Departamental de Aguas, el Puerto Multipropósito de Palermo y la Doble Calzada Santa Marta – Ciénaga, estaban primero en su agenda. Luna es separado del cargo y condenado en el 2007 por auspiciar grupos paramilitares.
En el 2008 el gobernador Omar Diazgranados reasume el proyecto y le cambia la denominación por Vía de La Productividad. En enero del 2011 es suspendido del cargo por la Contraloría y el proyecto vuelve a adormitarse.
En el 2012 Luis Miguel Cotes Habeych lo asume como bandera de su gobierno; consigue financiarlo y lo llama con el nombre de Vía de La Prosperidad.
La carretera. La Vía de la Prosperidad es considerada como la obra que le abrirá las puertas al Magdalena y el Caribe en competitividad. Su longitud es de 52.6 kilómetros entre Palermo y Guáimaro, en el municipio de Salamina, pasando por Sitio Nuevo y Remolino.
Consta de dos carriles de 3.65 metros y bermas laterales de 1.80, con una altura de 1.50 metros y obras de drenaje a todo lo largo de la vía, lo que permitirá el paso de aguas del Río Magdalena, hacia la zona continental.
En el tramo se proyectan hoteles, estaciones de servicios y restaurantes. Por eso se le considera polo de desarrollo, pues además, abre la posibilidad de la construcción de un nuevo puerto.
Terminada, facilitaría el transporte de productos de los campesinos de la zona, generando progreso y bienestar. Es igualmente una estrategia para controlar las inundaciones, puesto que cumplirá las veces de dique que protegerá las zonas aledañas al Río Magdalena.