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Adaluisa Fabianys Meléndez Vergara tiene 8 años y padece de epilepsia refractaria. Desde hace nueve meses no recibe el medicamento que requiere, según la denuncia hecha por su padre, Luis Meléndez, a través de la línea Wasapea a EL HERALDO.

Adaluisa hace parte de los 600 mil usuarios que Medimás tiene en el departamento del Atlántico. Estos pacientes eran atendidos por Cafesalud, entidad que está en proceso de liquidación y que fue adquirida por el grupo Prestasalud.

Medimás entró en funcionamiento desde el 1° de agosto, y con solo 45 días de estar prestando sus servicios, el procurador General de la Nación, Fernando Carrillo, pidió a la Superintendencia de Salud intervenir a esta EPS.

'Está en juego no solo la vida de mi hija sino también las de muchos niños y adultos mayores por la negligencia de la EPS Medimás, esa situación nos atormenta a muchos colombianos, siento que es una gran estafa con la salud de cada uno de sus afiliados que son muchos los que con su esfuerzo se esmeran por contribuir mensualmente a un servicio que a la final no tiene ninguna rentabilidad', dijo Luis Meléndez, padre de Adaluisa.

La menor de 8 años tiene epilepsia refractaria, una enfermedad denominada así por presentar falta de respuesta al tratamiento con dos o más drogas antiepilépticas correctamente indicadas y bien toleradas para lograr el control de crisis de forma sostenida.

'La EPS no cumple con la entrega de los medicamentos y estos son muy costosos, nos ha tocado interrumpir el tratamiento de la niña, lo que pone en riesgo su salud. No tenemos dinero para estar comprando este medicamento que cuesta $200 mil pesos, el más económico. No aguantamos más esta situación, esperábamos que la situación mejorara con esta nueva EPS, pero no ha sido así la situación es más tormentosa de lo que pensamos'.

Meléndez dijo que han presentado tutelas, se han dirigido a la secretaría de Salud, pero no han obtenido respuesta alguna.

Meléndez aseguró que son muchos los padres de familia que no tienen para la compra de estos medicamentos, por lo que está en 'riesgo la vida de muchos niños que necesitan una atención urgente'.

'Es desesperante cuando los niños convulsionan y peor aún que en muchas clínicas no los quieren recibir', dijo el padre de la menor, quien denunció que la EPS tampoco está cancelando un convenio que tenían con la fundación Fanes en la que atendían a los menores.