Sobre el andén de la carrera 8 con calle 33 no pueden caminar dos personas juntas. No hay espacio. La plataforma de cemento que está a disposición para el peatón es tan estrecha, que solo un ciudadano puede caminarlo.
A las 11 de la mañana, unas ocho personas recorren ese punto. Sin embargo, seis de ellas se ven obligadas a transitar por la vía, teniendo en cuenta que no hay suficiente andén para que todas puedan usarlo. Con ellas, circulan decenas de carros y buses, a gran velocidad. La situación pone en riesgo la vida de cualquiera de ellos.
'A uno fácilmente lo puede atropellar un carro', advierte Vladimir Ortega, comerciante del sector.
Ese panorama ha sido común en las orillas de las calles de Barranquilla y se convierte en un problema que resta espacio público, e incluso, aporta a la inseguridad, según coinciden los habitantes.
'Se supone que el andén está hecho para que uno camine, pero nos toca bajarnos e ir por la calle', critica Laureano Villalobos, de 66 años.