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Barranquilla cuenta con su primera promoción oficial de jóvenes certificados con el título de ‘Guardianes de la Convivencia’. Se trata de un grupo de 200 beneficiarios del programa de Atención Integral a la Conflictividad Juvenil del Distrito, ‘Vuelve y Juega’, quienes recibieron formación por parte del equipo psicosocial de la Oficina para la Seguridad y Convivencia Ciudadana y del SENA.

'Lo que hicimos fue diseñar un plan de estudios para cada colectivo de jóvenes atendidos, teniendo en cuenta sus habilidades y lo que querían para su proyecto de vida', explicó el jefe de la Oficina para la Seguridad y Convivencia Ciudadana, Yesid Turbay Pereira.

Geraldine Estrada, del barrio El Bosque, es una de las ‘Guardianas’ que ha estado más activa durante las jornadas de regulación, cultura ciudadana y cuidado de Transmetro en los alrededores del estadio Metropolitano durante los partidos del Junior.

Geraldine, de 24 años, afirma que el programa es 'una bendición que llegó a mí en el momento indicado. He sufrido pérdidas a raíz de que familiares y amigos cercanos están metidos en el cuento de la violencia, y no vale la pena, no tiene sentido'.

Agregó que ha recibido todo el apoyo del Distrito para terminar sus estudios de bachillerato y empezar una carrera para convertirse en nutricionista. 'Para mí lo más lindo de esto es ver y conocer muchachos de otros barrios que están interesados en esta misma causa', dijo.

Durante la ceremonia, el jefe de la Oficina para la Seguridad y Convivencia Ciudadana, Yesid Turbay Pereira, se dirigió a los jóvenes y les dijo que 'la decisión de poder capacitarse y tener un oficio digno es un factor para seguir desarrollándose como buenos ciudadanos. Desde la Alcaldía celebramos esa decisión que demuestra que el cambio es posible'.

Entretanto, Diva Ruiz, orientadora de población vulnerable vinculada al SENA, dijo que 'en la medida en que se brinden herramientas, los jóvenes van a tener una nueva mirada del mundo en el que se mueven'.

El resultado final de las capacitaciones es la resignificación de las prácticas de los jóvenes en sus territorios, partícipes en disputas por el espacio social. En ese sentido, a través de su contribución directa y activa en las iniciativas juveniles, son responsables del compromiso con el cambio de comportamiento en torno a la violencia y la prevención de la conflictividad.