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Daniel quiere ser médico, Omer un ingeniero mecánico y José un abogado, o quizás también un ingeniero especializado. Conocer muchos países, levantar a sus familias y dejar en alto a sus corregimientos, son algunos de sus otros deseos.

'¡Felicitaciones, ha cumplido con los requisitos para ser beneficiario del programa Ser Pilo Paga!', fue el mensaje que recibieron los tres jóvenes, el pasado 11 de noviembre, cuando revisaron ansiosos los resultados de las Pruebas Saber 11, examen donde obtuvieron puntajes por encima de 348.

La notificación llegó a 245 bachilleres del Atlántico, pero solo a tres oriundos de los corregimientos del Departamento. En Salgar (Puerto Colombia), Daniel de Jesús González Villarreal, del IE Eustorgio Salgar, se consagró con un puntaje de 375; en Villa Rosa (Repelón), Omer David Parra Pérez, de la IE Técnica Agroprecuaria, se destacó con 371 puntos y en Campeche (Baranoa), José de Jesús Tolosa Algarín, de la IE Técnica Agropecuaria de ese corregimiento, consiguió un puntaje de 357.

'Es un gran reconocimiento y mérito a los jóvenes y sus familias porque conocemos de las situaciones socio económicas de ellos, que quizás no es el mismo nivel de las ciudades capitales. Antes en los corregimientos los puntajes no superaban los 200 puntos y ahora la gran mayoría está por encima de los 300. Eso demuestra que los esfuerzos para mejorar la calidad educativa se están viendo', resaltó el secretario de Educación del Atlántico, Dagoberto Barraza.

En total, unos 5.828 estudiantes presentaron las pruebas en el departamento. De ellos, 4.693 se encuentran en las zonas urbanas y 1.135 en zonas rurales.

Tres historias

Daniel González, de 16 años, es el menor de siete hermanos. Cada fin de semana libre se traslada a una caseta para trabajar en las playas de Salgar con el propósito de aportar a su madre, cabeza de hogar, y así costear algunos gastos en su casa.

De graduarse como médico, González sería el segundo profesional de su familia, después de su hermano Jorge González, estudiante de Educación Física.

'Cuando vi que era un pilo, me puse muy feliz y sentí satisfacción porque era algo que me había propuesto', expresó González, quien apenas se enteró corrió hasta el negocio de fritos donde trabaja su mamá, Rubis Villarreal, para contarle la noticia.