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La inundación que sufrieron los municipios del sur del Atlántico en noviembre de 2010 a causa de una ruptura en el Canal del Dique es un suceso que los pobladores y el Gobierno nacional no desean que se repita.

Es por eso que actualmente se construye un terraplén (macizo de tierra con que se rellena un hueco) de 34 kilómetros de extensión que va desde el puente de Calamar (Bolívar) hasta el corregimiento de Villa Rosa (en Repelón) y su función principal será proteger a la vía paralela al dique de posibles filtraciones.

El proyecto y otras obras complementarias tienen un costo de $100.000 millones y fueron contratadas por el Fondo Adaptación, gestionada por la Gobernación del Atlántico y diseñada por el Consorcio Dique, conformado por dos firmas: la colombiana Gómez Cajiao y la holandesa Royal HaskoningDHV Engineering.

Según explicó el gobernador Eduardo Verano de la Rosa, para la obra se requieren cerca de un millón de metros cúbicos de médano fino (compuesto que es extraído del río Magdalena cuando se hace el dragado de sedimentos), los cuales están siendo transportados en aproximadamente 160 volquetas diarias.

'Esto es un trabajo descomunal con el que queremos darle tranquilidad y seguridad a la gente de esta zona para reactivar su economía', indicó Verano.

El mandatario dijo que se ha encargado de hacer seguimiento constante a estos trabajos y los califica como la ‘megaobra’ más importante que se ha hecho en esta parte del Atlántico.

Afirmó que para este proyecto se hicieron varias reuniones con la comunidad y llegaron a la conclusión de que eran los trabajos adecuados para la protección de esta zona. 'Esas mesas de concertación fueron vitales porque la aprobación de la gente era fundamental', añadió Verano.