Cuando en Barranquilla dicen que 'en el Centro se encuentra de todo', no solo se refieren a la gran variedad de productos y servicios a precio de locura, a las frutas y verduras frescas que pululan en el Mercado o a la ropa de segunda que se amontona en las pacas. No. También aplica por la mixtura de olores indescifrables, por las aguas negras derramadas, por el caos en las calles invadidas y por todas las normas violadas que se agrupan en un solo lugar, entre la muchedumbre y el tráfico vehicular.
El Centro Histórico de Barranquilla pone a prueba el cumplimiento del Código de Policía, que durante su primer año de implementación alcanzó más de 25.000 comparendos impuestos en la ciudad solo sobre las diez conductas más incumplidas.
Es el Atlántico el tercer departamento con mayor número de comportamientos contrarios a la convivencia del país, según el reciente ranking de la Policía Nacional, revelado la semana pasada. Barranquilla, por su parte, ocupó el cuarto lugar de las ciudades con mayor cantidad de comparendos, al registrar un total de 25.529, cifra superada solo por Bogotá, con 115.012.
En la capital del Atlántico los incumplimientos a las normas más recurrentes han sido por consumir sustancias alucinógenas o alcohólicas en vía pública, incitar a confrontaciones violentas y realizar necesidades fisiológicas en la calle.
En el centro de la ciudad, estos comportamientos son evidenciados a simple vista, sin necesidad de entrenamientos o de ser expertos en Código de Policía. Bastan cinco minutos de observación.
La vista desde el segundo piso de la plaza de La Magola da para la carrera 30 entre calles 42B y 43, donde el carril que va de norte a sur está invadido hasta casi su mitad por una larga fila de carretillas y vendedores ambulantes. Los plátanos, naranjas, papas, limones y más naranjas ocupan el espacio que en teoría pertenecería al flujo de carros.
Del otro lado los invasores son los mismos carros, que mal parquean en gran parte del carril y del andén. Más adelante, son las cocinas estacionarias y nuevamente las ventas abundantes que se toman el espacio público, violando así el artículo 140, por el cual se han impuesto 2.067 comparendos en la ciudad.
En el Centro hay calles que llaman 'muertas' porque llevan años ocupadas por los comerciantes y ya no es posible el paso de los vehículos e incluso de los peatones.
En la calle 31 entre carreras 42 y 43 hay al menos 12 casetas sin funcionar que asaltan el andén y unos cuatro restaurantes, con mesas y sillas improvisadas, que ofrecen almuerzos en plena vía. La calle está mojada por las aguas negras y desde allí se observa un hombre orinar en la pared blanca.
No han pasado más de 15 minutos y en el Centro ya se podrían imponer decenas de sanciones por al menos cuatro tipo de violaciones distintas.
En un recorrido del equipo periodístico de EL HERALDO se detectaron algunas de las infracciones más recurrentes.
En el norte
El Centro Histórico no es el único sector de la ciudad con violaciones recurrentes del Código de Policía. El norte de Barranquilla no está exento, aunque la invasión de espacio público se observe de forma más dispersa y en menor medida. Aquí, la noche saca a flote infracciones como la registrada recientemente en dos establecimientos nocturnos, que fueron cerrados temporalmente por incumplir las normas. Uno de ellos ubicado en la calle 82 por ser escenario de riñas y otro–La Troja localizado en la calle 74–, por permitir el consumo de alcohol en el andén y la vía, así como consentir la toma del espacio público.